La llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a la presidencia del gobierno en 2004 marcó el comienzo de una etapa que hizo de España un país pionero en materia de derechos cívicos. En la presente obra, los autores analizan el legado legislativo de aquel período, que permitió avances en materias como la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, la libre orientación e identidad sexuales, la protección jurídica de todas las familias, el reconocimiento de las víctimas de la violencia política o la protección de las personas dependientes.
Ante la ofensiva de algunos discursos políticos que abogan en la actualidad por un retroceso en los derechos conquistados, este libro supone una reivindicación de aquel legado, así como un análisis pormenorizado de los retos a los que se enfrentaron y las vicisitudes jurídico-constitucionales que siguieron a su aprobación.
Además del prólogo introductorio del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y del epílogo de la socióloga Belén Barreiro, el libro cuenta con la participación de doce reconocidos juristas e investigadores: María Ángeles Alcalá, Luis Arroyo, Juan María Bilbao, Francisco Caamaño, Ana Carmona, Marina Echebarría, Juan Fernando López Aguilar, Paz de la Cuesta, Fernando Rey, Ana Ruiz, Esther Seijas y María Solanas.
Más allá de su función comunicativa, el lenguaje ha sido, a lo largo de las épocas, una marca social: un colectivo se ha distinguido del resto, entre otras cosas, por su forma de hablar. Así, la lengua ha contribuido a la diferenciación de clases, la autoafirmación de las élites y la construcción de identidades nacionales.
Desde la temprana Edad Media hasta la Edad Moderna, Peter Burke muestra en este libro las funciones sociales y políticas que el lenguaje ha cumplido en distintos ámbitos culturales representativos. Quién habla, cuándo, cómo y a quién se dirige el hablante son, nos dice Burke, circunstancias en sí significativas que nos dan tanta o más información sobre el contexto histórico de quienes hablan como el contenido de los enunciados que estos pronuncian. Asimismo, el silencio tiene un valor comunicativo propio, cambiante según las épocas, la posición social y los intereses que se persiguen.
Desde la popularización o el rechazo del latín, en tanto medio del discurso del poder, hasta la publicación entre los siglos XVII y XIX de manuales que enseñaban «el arte de la conversación», Peter Burke nos propone, en este lúcido ensayo, una verdadera historia del habla y del silencio.
La historia de cómo un siervo de Dios se convirtió en un ídolo para las élites que dominan el mundo. Túnicas negras, velas, sacrificios humanos, abusos a menores... Si por algo se caracteriza la historia del satanismo es por la acumulación de tópicos. Sin embargo, la realidad es muy distinta. La creencia en la existencia de una especie del dios del mal es hija del clima político que vivieron los judíos en el periodo que transcurre entre la redacción del Antiguo y el Nuevo Testamento, y que llega a su máximo apogeo con la aparición de una nueva religión fundada por un tal Jesús de Nazaret. Desde entonces y hasta hoy, serían los cristianos los verdaderos creyentes en el maligno, aunque algunos grupos han intentado reescribir su biografía y apropiárselo. La religión, la política, la literatura, la filosofía, la música o el true crime fueron moldeando la creencia del satanismo como la definición del mal, que consiguió volverse contra sus creadores y acabó alumbrando, en los años sesenta, la Iglesia de Satán.