¿Sabías que Esquilo tuvo la muerte más tonta de la Historia, que la lengua de Cicerón acabó colgada en el Foro de Roma, que Dante se dormía en mitad de una frase y Maquiavelo no era tan «maquiavélico»?
Pero aquí no acaban las jugosas historias de los grandes maestros de la literatura. Casi nadie recuerda que Jonathan Swift anticipó las computadoras de Silicon Valley, que a Victor Hugo le apasionaban los toros, que Larra se enamoró de la amante de su padre, que Valle-Inclán mantuvo una intensa amistad con el hombre que le arrebató un brazo, que H.G. Wells era un distinguido ladrón de sombreros... o que unos sencillos pollos salvaron la vida del mítico Truman Capote. «La técnica de Cicerón era tal que, al estilo de los antiguos sofistas griegos, era capaz de defender una postura y, 15 minutos después, la contraria». A los escritores se les juzga por sus obras, pero nunca está de más conocer a las personas que se ocultan detrás de la pluma. En estas páginas encontramos —por riguroso orden cronológico— la «Cara B» de la Literatura Universal. Las grandezas y las viles miserias cotidianas de los reverenciados autores que estudiamos, leemos y admiramos. Abordar este libro puede variar nuestra forma de disfrutar y entender la literatura, al tiempo que logra arrancarnos un buen puñado de sonrisas.
Un recorrido por la obra de los grandes autores de la literatura occidental de la mano del crítico más riguroso y polemico de nuestro país.
Este volumen recoge una selección de reseñas, artículos, conferencias y prólogos sobre libros y autores "extranjeros" escritos en el transcurso de tres decadas. El conjunto da cuenta de una gran diversidad de intereses, que se proyectan en diferentes epocas, tradiciones y generos. De Lawrence Sterne a V.S. Naipaul, pasando por Stendhal, Musil, Kipling, Malraux, Gombrowicz, Canetti o Iris Murdoch; de William Hazlitt a George Steiner, pasando por Walter Benjamin o Raymond Williams, los nombres aquí reunidos son otros tantos hitos de la particular cartografía que Ignacio Echevarría ha ido configurando como lector conforme desarrollaba su actividad como crítico y editor.
Este libro hace un recorrido buscando, a través de diversos vericuetos, el concepto de transgresión. Los contenidos pueden parecer trampas y desde luego este libro ofrecerá una dificultad para los que esperen respuestas claras. Hay un tipo de lector, de persona, que prefiere la seguridad y las respuestas comúnmente aceptadas a la búsqueda personal, a la exploración en la selva de lo desconocido de la vida. El explorador se encontrará a menudo perdido, envuelto en digresiones que parecen apartarle del camino de la meta prometida. Esa meta, te prometo, existe. El que crea se recrea y se re-crea. El que consume se consume. Pablo Poblacíon Knappe Pocos textos abren tantas puertas hacia el crecimiento interior, inevitable y comprometidamente imbricado en el crecimiento de la sociedad. Pocos autores y maestros nos facilitan tanto atrevernos a transgredir, a ser libres y creativos. Pocos maestros nos alientan tanto a contribuir a la renovación de la sociedad desde una transgresión constructiva, puesta al servicio de los valores más sublimes del ser humano.