H. Gardner que ha revolucionado nuestras ideas sobre la inteligencia y la creatividad en multitud de libros ya clásicos, nos ofrece ahora un brillante análisis en el que nos muestra los cambios radicales que está produciendo su teoría de las inteligencias múltiples en nuestra comprensión de la educación y el desarrollo del ser humano. La teoría de las inteligencias múltiples afirma que la inteligencia no es un elemento único, sino que presenta diferentes aspectos relacionados con la globalidad de la mente. En este nuevo libro; Gardner desarrolla dos nuevas facetas del fenómeno en cuestión —la inteligencia existencial y la inteligencia naturalista — y sostiene que el concepto de inteligencia aún debería ampliarse mucho más, aunque sin llegar al extremo de incluir todas las facultades humanas y sin favorecer ningún sistema de valores concreto. También nos ofrece consejos prácticos sobre la aplicación educativa de su teoría en escuelas y museos y, en un animado diálogo, responde a las principales críticas que ha recibido su planteamiento en todos estos años. Por otra parte, nos expone sus provocadoras ideas sobre las múltiples formas de la creatividad, el liderazgo y la excelencia moral, y especula sobre el futuro de la relación entre las inteligencias múltiples y el mundo del trabajo.
Howard Gardner, que ya revolucionó nuestra concepción de la mente con su teoría de
las inteligencias múltiples, nos ofrece ahora una obra trascendental sobre los objetivos
de la educación. En este libro, Gardner reúne los discursos de sus obras anteriores en
una nueva e importante síntesis destinada a padres, educadores e interesados en general.
El texto va más allá de cuestiones locales y explora las cualidades que debe poseer toda
persona formada en cualquier especialidad, así como los modos de transmitir esa
formación a sus alumnos. Gardner argumenta con entusiasmo que toda enseñanza
debería reforzar en los estudiantes la comprensión de la verdad y la falsedad, la belleza
y la fealdad, la bondad y la maldad, tal como las definen sus propias culturas. En
La. educación de la mente y el conocimiento de las disciplinas, Gardner explora la teoría de
la evolución, la música de Mozart y las consecuencias del Holocausto como ejemplos ilustrativos de la naturaleza de la verdad, la belleza y la moralidad. Su objetivo final es una ciudadanía educada que comprenda el mundo físico, el mundo biológico y el mundo social, y que sepa aplicar esta comprensión a su mundo personal, social y cultural. Lejos de la mentalidad basada en los contenidos y la experimentación que se ha apoderado tanto de los ciudadanos como de los legisladores, la educación que propone ayudará a las generaciones más jóvenes a aceptar los desafíos del futuro, conservando al mismo tiempo las metas tradicionales de una educación «humana».
A pesar de su origen diverso, los cuatro ensayos que forman este volumen constituyen una unidad de contenido. En el primero Habermas elabora las tesis para una división del trabajo entre las investigaciones empíricas y las filosóficas, alentado por el ejemplo de la epistemología genética de Jean Piaget. En el segundo ensayo la teoría de la moral de Lawrence Kohlberg sirve a Habermas como modelo para aclarar la interpretación de las explicaciones causales y las reconstrucciones en función de hipótesis. El tercer trabajo, escrito con motivo de un homenaje a Karl-Otto Apel, pretende ayudar a esclarecer la propuesta de la ética discursiva. El último, en fin, es una contribución a la división del trabajo planteada desde la asunción de que el desarrollo de una ética discursiva no es una tarea autosuficiente.