La inteligencia artificial ha nacido cargada de promesas y de amenazas, suscitando a la vez entusiasmos y recelos. Tanto los entusiastas como los temerosos reclaman dotarla de ética para defender y empoderar a los seres humanos y a la naturaleza; algunos incluso aseguran que podremos acabar con las enfermedades, la muerte y crear una especie superior que inaugure un mundo de paz y felicidad.
Ante esta visión tan optimista, ¿hablamos de «ética» o de «ideoogía»? ¿No se está dando por ciencia lo que no lo es para atraer suculentas inversiones, o incluso ganar en la competencia por el poder mundial? Y todo ello mientras en el espacio público triunfa la razón estratégica y se produce el eclipse de la razón comunicativa. Es ésta una pésima noticia si queremos fortalecer la democracia, que está en peligro en el contexto mundial. Y, por supuesto, en España, Europa y América Latina.
Desde su aparición, el Homo sapiens ha sentido miedo y asombro ante la inmensidad y el poder de la Naturaleza. De este maravillarse surgieron la pregunta sobre el enigma de su existencia y el sentimiento de lo sagrado. En el curso de su historia, los humanos no sólo han organizado progresivamente la vida social en torno a mitos y religiones, sino que también han desarrollado una dimensión evolutiva espiritual única para afrontar las grandes cuestiones del mundo.
Pero ¿por qué el sapiens es también un Homo spiritus: el único animal que busca dar sentido a su vida, practica rituales funerarios y cree en fuerzas invisibles? ¿Por qué el ser humano es el único animal que ha desarrollado un pensamiento simbólico, un lenguaje abstracto e inventado grandes relatos colectivos?
El escritor bestseller Frédéric Lenoir responde a estas preguntas esenciales y muestra, a lo largo de este viaje en el tiempo, la correlación entre las grandes revoluciones espirituales y las convulsiones de las sociedades humanas: desde la sedentarización hasta el mundo conectado, pasando por el nacimiento de las ciudades, las civilizaciones, los imperios y la modernidad.
Una obra de investigación histórica que se lee como si fuera ficción.
Cómo Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, creó la primera biblioteca moderna y organizó el conocimiento al mejor estilo de la era digital.