Este libro es un recorrido multidisciplinar por la historia apasionante del crecimiento tendencialmente inevitable de la información. La información tejerá con las primeras tecnologías basadas en piedra y fuego nuestro proceso de hominización hasta irrumpir en la primera de las grandes revoluciones de la información que jalonan la historia humana: la revolución del lenguaje nos fraguará como especie, nos hará triunfar sobre el resto de homínidos y provocará la Revolución Neolítica. Tras ella, la revolución de la escritura dará origen a las civilizaciones de la Antigüedad, acelerando el crecimiento de la información con medios como el alfabeto de fenicios y griegos, el papiro egipcio que articuló Roma o el papel chino que impulsó su innovación o la ciencia islámica. EN el final de la Edad Media Europea veremos germinar la tercera de ellas, la revolución de la imprenta, auténtica generatriz de la Revolución Científica y la Revolución Industrial que darán lugar a la Gran Divergencia.
Una autobiografía completa cuya escritura le ha ocupado los últimos seis años. La narración comienza en los primeros años del siglo xx con las raíces italianas de la familia y la azarosa emigración de los abuelos a América Latina, y continúa con la infancia, el entusiasmo y las inquietudes de la juventud, la llamada de la vocación y la madurez, que abarca todo el pontificado y el presente.
Coníntima fuerza narrativa y sin pasar por alto sus propias pasiones, Francisco afronta con franqueza en sus memorias las cuestiones más candentes de su pontificado y desarrolla con valentía, sencillez y visión de futuro los temas más controvertidos e importantes de nuestra época: guerra y paz (sin omitir los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo), migraciones, crisis medioambiental, política social, situación de la mujer, sexualidad, desarrollo tecnológico y futuro de la Iglesia y de las religiones.
Las arpías. Medusa. Las esfinges. Circe. La mitología de todas las civilizaciones está llena de monstruos representados bajo forma femenina: son mujeres que no respetan los límites, enfadadas, codiciosas, abiertamente sexuales. Fueron concebidas como engendros deformes, horripilantes, para con el paso del tiempo atribuirles una belleza e inteligencia sibilinas. Su pecado es poner en jaque el valor y la fortaleza masculinas, desafiar a los grandes héroes, amenazar la historia. En este ensayo que combina la crítica histórica y literaria con el manifiesto político y las memorias, Jess Zimmerman nos ofrece un repaso lúcido y combativo por esas grandes fealdades atribuidas a las mujeres desde el inicio de los tiempos, representadas en once monstruos legendarios. Porque, tal vez, aquello que nos hace peligrosas, o poco deseables, es en realidad nuestra mayor fortaleza.