La del turinés Piero Gobetti fue una de las voces más originales de la política, tanto en Italia como en Europa, durante el periodo de entreguerras. Su visión del liberalismo, más avanzada y radical que la de los liberales europeos del momento, además de abrir el debate y el diálogo con diversas culturas políticas como el comunismo –Antonio Gramsci fue uno de sus interlocutores fundamentales–, invitaba al compromiso de ciudadanos y trabajadores, a la acción política desde abajo entendida, también, como lucha de clases. Por todo ello, Gobetti no podía sino oponerse duramente al centralismo y al autoritarismo mussolinianos, en nombre de una libertad absoluta en términos políticos, económicos y religiosos que sacudiría profundamente la conciencia histórica del pueblo italiano.
Sobre liberalismo y antifascismo, antología de textos de Gobetti, recoge los artículos más importantes publicados en las tres revistas que fundó: Energie Nove (1918-1920), La Rivoluzione Liberale (1922-1925) e Il Baretti (1924-1928). Ejemplo inigualable de la intervención política de un intelectual, en ellos se confirma que existe un modo distinto de pensar lo social, además de acercarnos al clima político de la Italia fascista.
Llamamos melancólico a quien no puede hacer más que entregarse sin reservas a ese sentimiento de deambular en la oscuridad y desear la luz, y a su estado lo denominamos melancolía. La melancolía es recuerdo. Si hubo tormenta, habrá otra. Si hay marea baja, volverá a subir la marea. El hombre melancólico no se fija en lo que hay en un preciso momento, sino que espera la llegada de aquello que en ese momento no es. Se aferra mentalmente a lo previsible, aunque es posible que el recuerdo de lo imprevisible haya hecho ya mella en su confianza en la razón; teme lo que no está y por eso se angustia ante la llegada de aquello que espera.
Pese a su corta vida, Robert Hertz (1881-1915), discípulo de Émile Durkheim y Marcel Mauss, ha pasado a la historia como uno de los científicos sociales contemporáneos más relevantes. Este volumen reúne dos de sus ensayos fundamentales: "Contribución a un estudio sobre la representación colectiva de la muerte", en el que el autor analiza el valor y sentido social que tiene la defunción como bisagra entre el mundo físico y simbólico y la individualidad y el colectivo; y "La preeminencia de la mano derecha", donde investiga cómo las representaciones intelectuales y morales de lo derecho y lo izquierdo son categorías que prexisten a toda experiencia individual, puesto que están ligadas a la propia estructura del pensamiento social, relacionado con la evaluación que casi todas las sociedades han hecho de las manos. Prólogo de Manuel Delgado