En 1943, dos años después de su llegada a Nueva York, Hannah Arendt escribe el ensayo Nosotros, refugiados. Testimonio existencial de una apátrida excepcional, pero también primer manifiesto político sobre las migraciones, esta obra constituye una lectura indispensable para orientarse en el escenario político actual, donde ha aumentado la masa de quienes, atrapados entre fronteras nacionales, son considerados cuerpos extraños, superfluos, residuos de carne y hueso; los Estados aún discriminan y rechazan, mientras se multiplican los campos de internamiento y las zonas de tránsito donde son arrojados millares de seres humanos. La presente edición complementa el texto con un estudio crítico de Donatella Di Cesare que reconstruye la lección de Arendt, devolviéndole todo su carácter disruptivo.
Judith Butler es una de las figuras más destacadas del panorama filosófico actual. Su contribución a los estudios de género y la teoría crítica ha abierto espacios para el feminismo, la teoría queer y los estudios transgénero. Su decidida interrogación acerca de la vulnerabilidad constitutiva de la existencia humana, que apunta a una comunidad global más justa y no-violenta, ha marcado el debate político contemporáneo.
Muchos son los filósofos y escritores que Butler lee y relee con una libertad indesligable del carácter comprometido de su pensamiento. Al igual que los movimientos sociales le sirven para pensar e identificar los problemas, en sus lecturas busca elementos para su pensamiento ético-político y vías para mostrar que el “marco” de inteligibilidad vigente no es el único posible ni necesario.
Plutarco fundó en su ciudad natal un espacio de debate y discusión, a imagen y semejanza de la célebre Academia de Platón, de donde surgieron las tres obras aquí reunidas: «Cómo sacar provecho de los enemigos», «Cómo distinguir a un adulador» y «Sobre la abundancia de amigos». En ellas el filósofo nos enseña a escuchar a los adversarios –hábiles detectores de nuestras debilidades– y a desconfiar de nuestro amor propio –el defecto más útil para los aduladores–, pues solo así sabremos distinguir la verdadera amistad: aquella en la que encontraremos virtud en la honestidad y deleite en el diálogo.
Un bien exquisito que exige espacio, tiempo y cuidado.
«El hombre inteligente saca provecho incluso de los que difieren de él, pues es imposible vivir sin enemigos».