El historiador francés Yves Pourcher, ganador del prestigioso Premio Jules Michelet, ha exhumado archivos y bibliotecas, ha revisado los testimonios y la correspondencia que revelan cómo fue la posguerra de los colaboracionistas, sus jefes y sus subordinados, las celebridades y los personajes anónimos.
Diccionario provisional de pérdidas es sin duda el ensayo más ambicioso de Miguel Albero. Estamos ante un diccionario que se lee, no se consulta, como nos informa el autor en el prólogo, donde además nos propone una lectura no lineal del mismo o, como él lo llama, «marcarse un Rayuela», yendo de una en- trada a otra en función de su afinidad semántica.
Desde la primera entrada (A. Pérdida de cuanto sigue) a la última (UBICUIDAD. Pérdida de la localización), el lector asiste a un festival de pérdidas, de las más evidentes (AMNESIA. Pérdida de la memoria) a las más sutiles (CASI. Pérdida del todo), de las más tremendas (APOCALIPSIS. Pérdida del futuro) a las más surreales (PERDIDA. Pér- dida de la tilde de pérdida), de los inexistentes PARAÍSOS PERDI- DOS al maravilloso SALÓN DE LOS PASOS PERDIDOS. Piérdase pues el lector en este libro, no le defraudará.
«La guerra de Ucrania acabará, pero la amenaza del Sahel seguirá ahí». Javier Colomina, representante de la OTAN para el flanco sur.
El Sahel es un cinturón que recorre África de este a oeste, desde el mar Rojo hasta el Atlántico. En él viven unos 400 millones de personas repartidas en diez Estados, sometidas a sequías devastadoras, la expansión del terrorismo yihadista, inestabilidad política, golpes de Estado, conflictos armados intermitentes y riesgo de hambrunas. Los problemas de la región se retroalimentan, atraviesan fronteras y suponen una grave amenaza.
Escenarios terribles como las masacres en la franja de Gaza y la guerra en Ucrania han acaparado la atención internacional, dejando en el olvido otros conflictos igualmente crueles, como los de algunos países de África y Asia (por ejemplo, Myanmar, antigua Birmania). Desde abril de 2023, los sudaneses padecen una guerra y una crisis alimentaria atroz de las que apenas llegan imágenes a los televisores europeos y americanos. Sudán forma parte del Sahel, y es en esa franja africana donde se está gestando un conflicto internacional capaz de cambiar sustancialmente el mapa geopolítico mundial, si no la próxima y más catastrófica confrontación bélica.
En el Sahel, muchos actores poderosos maniobran simultáneamente en varios tableros de ajedrez, donde las alianzas cambian con rapidez. Es también allí donde surgen y se incrementan factores desestabilizadores que pueden irradiar hacia el resto del continente africano y Europa.