Eugenio o proclamación de la primavera, novela plena de violencia e idealismo, constituye el canto a una juventud considerada heroica y llamada al sacrificio, tanto si esos jóvenes llevaban camisa azul u ondeaban rojas banderas. Para entenderlo con nuestra mentalidad actual, hay que conocer las circunstancias que engendraron el fenómeno y las lecturas que alimentaron a una generación autopredestinada a luchar sin cuartel en los campos de batalla de la piel de toro por considerar que las opciones intermedias, democráticas, habían cumplido indecorosamente su ciclo y debían dejar paso a soluciones extremas, buscando atajos que en la Historia suelen desembocar en precipicios.
Una obra que renace del olvido y se enriquece con unas ilustraciones oníricas que buscan aliviar sus más duros pasajes.
Portugal, España, Chile y Argentina vivieron, entre mediados de los años setenta y los ochenta, un proceso de transición tras el final de las respectivas dictaduras que hubieron de padecer. No siempre es cierto que tras la tormenta llegue la calma, pues la lucha contra la inercia de estos regímenes suele convertirse en un tenaz obstáculo en el camino hacia la democracia. Pero ¿es este el destino que realmente se alcanza o es la normalización —la adaptación— de los anteriores engranajes al mecanismo democrático? En cualquier caso, fueron procesos protagonizados por la pugna entre el cambio y la continuidad, lo nuevo y lo viejo, el diálogo y las armas, la memoria y el olvido.
"PREMIO CATARATA DE ENSAYO Las dictaduras de Mussolini en Italia, Salazar en Portugal y Primo de Rivera y Franco en España se valieron de un amplio abanico de mecanismos represivos para conseguir el control político-social sobre el profesorado, que presenta tanto notables analogías como divergencias entre los tres países. Los nuevos gobiernos conscientes del poderoso instrumento de socialización y nacionalización que es la enseñanza no quisieron dejar en manos de profesores antifascistas los apóstoles de la razón, identificados con el ideario ilustrado del siglo XVIII la formación de las futuras élites dirigentes. Para Mussolini, Salazar y Franco la segunda enseñanza debía tener una función estratégica de doble importancia."