La mecánica del exterminio es un escalofriante y meticuloso análisis de los procedimientos para para destruir vidas humanas en los campos de concentración nazis. Tras la decisión de asesinar a millones de personas, era necesario encontrar un sistema eficaz para llevarlo a cabo. Con una precisión quirúrgica, Xabier Irujo desnuda la maquinaria del Holocausto revelando cómo una ideología de amplia difusión en Europa impulsó la creación de en un protocolo sistemático de genocidio.
El lector recorrerá paso a paso las fases de esta macabra maquinaria: desde el desplazamiento forzado y la concentración masiva, hasta el transporte y la ejecución. Cada fase de este proceso brutal se explica con una frialdad y exactitud que desvela la siniestra lógica del exterminio: un procedimiento que combinaba eficiencia, diligencia y rentabilidad.
La mecánica del exterminio no solo ilumina uno de los más oscuros capítulos de la historia; la desafía, conmociona y ofrece una perspectiva desgarradora sobre el peor rostro de la humanidad.
samurái, La mera mención de esta palabra, pronunciada y transcrita de forma exacta en cualquier idioma ma, basta para despertar el imaginario popular: héroes con armaduras lacadas y hatanas al costado, imbuidos por el buskido, el código del honor. Porque, desde que su figura traspasó las fronteras, Occidente ha sentido una poderosa atracción por el guerrero japonés, enblema de la singularidad del país y ave fénix de un Estado que resurgía de las cenizas de un ataque nuclear. Y este entusiasmo se ha visto alimentado, además, por una gran cantidad de obras cinematográficas y literarias
Durante la Antigüedad tardía, el culto a los santos y a sus reliquias se convirtió en un elemento clave de la identidad occidental, pero también en una ventana desde la que asomarse a la sociedad, la cultura y las creencias dominantes.
En este libro el lector es invitado a percibir los anhelos, las certezas y la gran valoración de los santos, invisibles compañeros cuya presencia sentían vívidamente los cristianos en general. A los santos se encomiendan sin excepción amos y siervos, devotos y laxos, ricos y pobres, en busca de la salud perdida, la justicia mancillada, la belleza ideal y la esperanza que se prolonga más allá de la muerte.
La lectura de estas páginas cuestiona en su raíz el «modelo de los dos niveles», según el cual las prácticas religiosas de las élites cultivadas poco tenían que ver con las «supersticiones» de las masas populares. Por el contrario, el culto a los santos afectó por igual a todas las clases; más aún, fue el motor que favoreció el desarrollo de la fe y que configuró una sociedad nueva, inicio de la Edad Media.
Esta obra, convertida en un clásico de los estudios históricos, ha sido enriquecida con un nuevo prefacio donde el autor responde a las críticas y matiza las conclusiones de su reconocida investigación.