La paz en la comunidad internacional es para Hans Kelsen una meta alcanzable por medio del derecho. Para lograr ese ansiado fin resulta fundamental limitar drásticamente las posibilidades del uso ilegítimo, pero también legítimo, de la guerra, o mejor aún, sustituir definitivamente ese instrumento primitivo de resolución de conflictos por una jurisdicción internacional capaz de hacer hablar el lenguaje del derecho frente al lenguaje de la fuerza.
Un busto de Adriano, con atuendo militar, expoliado en Santaella (Córdoba), y la intervención arqueológica en el lugar del expolio, son los motores de El militar y la hiedra. La obra explora la relación del mundo militar romano, y del emperador de origen bético en particular, con Dioniso y su emblema, la hiedra, planta sacra en la mitología de este dios luminoso y sombrío. El inédito Adriano de Santaella lleva una hoja de hiedra colgada en el peto de su coraza: detalle novedoso en la retratística imperial romana. ¿Elemento decorativo o testimonio de la relación de Adriano, emperador filoheleno y curioso de todo hermetismo, con el culto mistérico de Dioniso? La autora trata de responder a este interrogante, y para ello examina la presencia simbólica de la hiedra en diversos contextos, especialmente el militar. Ilustra la cuestión con una abundante y bella iconografía, apoyada por testimonios arqueológicos, epigráficos, textos de autores clásicos y literatura mitográfica.
A lo largo de cuatro digresiones, Sloterdijk sigue el hilo de este «no-color» desde el Génesis hasta la fotografía, desde el mito platónico de la caverna hasta Hegel, desde los fenómenos atmosféricos hasta las vanguardias de Piero Manzoni y Marcel Duchamp, y traza la historia de la humanidad a la luz de los significados simbólicos de este tono fluido y ambiguo.
«Mientras no se haya pintado un gris, no se es pintor». Estas palabras de Cézanne, escribe Peter Sloterdijk, suscitan otra afirmación: mientras no se haya pensado en el gris, no se es filósofo. En un ensayo lúcido y provocador explora este tono, aparentemente el color de la indiferencia y la neutralidad, cuya presencia ha permeado la historia de la política, la filosofía y las artes, así como la mitología y la religión.