Pensábamos que conectar el mundo traería una paz duradera. Pero, más bien, nos está separando. En las tres décadas desde el fin de la Guerra Fría, los líderes mundiales han estado integrando la economía, el transporte y las comunicaciones del mundo, derribando fronteras con la esperanza de hacer imposible la guerra. Pero han creado, sin pretenderlo, un formidable arsenal de armas para conflictos de nueva generación.
Crece el conflicto entre individuos en las redes sociales, en Europa del Este, y entre Estados Unidos y China; se extiende la guerra cibernética y la amenaza de grandes flujos migratorios; hay incapacidad para cooperar en el cambio climático o en el modo de afrontar una pandemia; no hay un consenso que permita distinguir entre guerra y paz, y que establezca sanciones aprobadas por todos.
Como líder autorizado en relaciones internacionales, Mark Leonard ha estado en muchas de las salas donde se decide nuestro futuro, desde la sede de Facebook y los laboratorios de reconocimiento facial en China hasta los palacios presidenciales y los centros militares más remotos. Al tratar de comprender cómo la globalización ha roto su promesa de hacer nuestro mundo más seguro y próspero, Leonard explora cómo alcanzar un futuro más esperanzador en una era sin paz.
En todos los periodos históricos de relevancia, los medios de comunicación públicos han sido fundamentales para proporcionar información contrastada y de calidad. El conflicto actual entre Rusia y Ucrania, así como ciertos contextos de populismo autocrático, han evidenciado las dificultades y retos que pueden surgir, especialmente la tentación del intrusismo progubernamental que puede alejar a las gobernanzas de sus obligaciones de garantizar una información independiente y verificada para los ciudadanos.
La reciente experiencia postpandémica ha demostrado aún más la responsabilidad de los medios de comunicación. Esta coyuntura sin precedentes, resultado del confinamiento global, marcará un hito en la evolución de la comunicación global.
Ante estas circunstancias, este libro propone un debate esencial sobre el papel que deben desempeñar los medios de comunicación públicos. Ofrece una reflexión crítica sobre el periodismo como mediador social y su rol en la reconfiguración del espacio público. Se analizan las causas y consecuencias de la crisis de la mediación periodística, se exploran nuevos enfoques periodísticos y prácticas de verificación, y se presta atención a la emergencia de discursos polarizadores en la sociedad.
Nueva obra del autor en la que mezcla filosofía, historia y psicología para dar con una ciencia objetiva de las soluciones.
La primera parte es una teoría de la inteligencia resuelta, es decir, de la que solventa los problemas y avanza con un dictamen. La ausencia de soluciones conduce a la «angustia» o a la «desesperanza». Esta teoría es una doctrina de la inteligencia optimista que permite elaborar una metodología para el tratamiento de los problemas, una heurística. Una parte de la psicología positiva piensa que el remedio para las situaciones difíciles es cambiar el estado emocional. Para la Teoría de la inteligencia resuelta la salida es solucionar propiamente el conflicto.