Una aproximación práctica y sensata a los retos que plantea al cambio climático
Parece inevitable que surja la controversia cada vez que hablamos de calentamiento global. Pero una vez superada la reticencia a aceptar que no es un invento, aún nos queda ponernos de acuerdo sobre la mejor manera de hacerle frente. En unos momentos en los que la etiqueta de «verde» actúa más como corsé que como remedio, resulta clave entender la situación en la que nos encontramos para tomar las medidas más eficaces contra una cuestión tan seria como urgente.
La visión experta de Nemesio Fernández-Cuesta, quien fue secretario de Estado de Energía y Recursos Minerales entre 1996 y 1998, nos alerta en este libro sobre las gravísimas consecuencias que tendrá para España el cambio climático si no se aborda de forma racional. Con sensatez y desde una perspectiva técnica y racional, repasa las posibles soluciones desde una economía liberal más que desde la prohibición o la austeridad. Porque la solución pasa por sustituir un combustible por otro, no de cambiar nuestro modo de vida.
En medio de la desinformación y el ruido mediático, No se trata de si es verde o no, sino de si elimina o reduce las emisiones nos señala un camino ajustado a la lógica y alejado del pesimismo imperante; y nos proporciona la información necesaria para encarar el reto de la transición energética desde un punto de vista no ideologizado, que acepte la realidad del cambio climático, pero a la vez cuestione los dogmas que tantas veces lo acompañan.
El poder del objeto habla de la relación entre las personas y las cosas en la Baja Edad Media europea. A lo largo de sus páginas se presentan ejemplos diversos de cómo los objetos no solo fueron importantes para quienes los poseyeron y usaron, sino que ejercieron un poder efectivo sobre ellos. En un caso se trata del ajuar litúrgico legado por una mujer al monasterio en el que será sepultada; en otro, de las cajas, cofres y estuches que esconden y muestran lo más preciado de otras dos mujeres; en otros más, de las cadenas que fijan los libros por la geografía interior de varios monasterios, de los objetos que acompañan los rituales funerarios y activan los cinco sentidos, del ataúd vacío y el paño de oro en los que late la presencia de una ausencia, de la custodia en los coros femeninos capaz de transformar el espacio en un lugar de experiencia; o, por último, de los capazos de esparto, atestados de objetos, en los que fueron abandonados niños y niñas de meses o días a las puertas de un hospital. Todos ellos tienen algo en común, pues muestran de qué forma el objeto «mira», y porque mira ejerce poder y es capaz de construir, desde su materialidad, memoria y formas de representación.
Aunque hoy casi nadie lo recuerde, Marcel Proust escribió En busca del tiempo perdido, gracias a una extraordinaria capacidad de percepción que le permitió ver lo que nadie pudo. Sus contemporáneos lo consideraron un «médium despierto» y hablaron de él en términos que hoy lo vinculan a los fenómenos psíquicos. Este hecho demostrado en las páginas de este estudio fue silenciado por la crítica literaria... hasta ahora.
Telepatía, clarividencia y premonición son temas que impregnaron la mirada de una de las más grandes obras de su tiempo. El poder evocador de nombres, lugares y cosas, incluso su proyecto de viajar en la memoria para encontrarse con el origen de todo, se desvela como la aventura de una conciencia expandida. El escritor y las ciencias psíquicas reivindica esa capacidad, la contextualiza y aporta una visión más completa que nunca de la mente de Proust.