Ante nuestros ojos, más o menos abiertos, se está desplegando una batalla geopolítica a nivel planetario que pronto dará lugar a un nuevo paradigma energético. Ya hay un número cada vez mayor de vehículos eléctricos en nuestras carreteras, de ordenadores portátiles que funcionan todo el día con una sola carga y de paneles solares que nos ofrecen electricidad desde nuestros tejados, y todo ello depende de un único objeto: las baterías de litio. Aunque aún sea incipiente, esta revolución se está produciendo a una velocidad vertiginosa, con el potencial de redirigir todas las industrias clave de nuestra sociedad y la realidad cotidiana de nuestras existencias. Pero ¿hacia dónde? Tal como demuestra este libro, el negocio del litio está lleno de claroscuros: así, nos encontramos con el yerno de Pinochet manejando entre bambalinas una de las mayores empresas productoras de este material, y descubrimos que el reciente golpe de Estado contra Evo Morales ha sido renombrado el «golpe del litio» (lo adivinaste: Bolivia ostenta la mayor reserva mundial de este mineral). Por otro lado, incontables informes y activistas medioambientales están demostrando cómo las minas de litio contaminan gravemente los acuíferos y hasta qué punto se ha generalizado la falsificación de los informes de emisiones que hacen las grandes marcas de automóviles en relación con sus vehículos eléctricos. Desde los lagos salados de la meseta tibetana (bajo la despótica ocupación china), hasta los salares de Latinoamérica (el tradicional patio trasero de Estados Unidos); a lo largo de los pasadizos de las minas del Congo y de los oscuros pasillos de los contratistas japoneses, coreanos y norteamericanos hasta el despacho del presidente Xi Jinping, este libro se infiltra en la lucha de las gran- des superpotencias por asegurarse los suministros estratégicos con los que controlar el mundo que viene, advirtiéndonos a un tiempo del impacto medioambiental de esta revolución y de los límites objetivos de la electrificación y del reciclaje.
En 2022 publiqué Los días de la Revolución, buscando indagar en la etapa revolucionaria del Río de la Plata a principios del siglo XIX. Este nuevo volumen viene a ser la continuación de ése. Los dos libros, y los que planeo agregar en el futuro, están concebidos como una clase de Historia, o como un conjunto de clases, que te permitan conocer y comprender mejor el proceso histórico que condujo a la formación de la Argentina a lo largo del siglo XIX. El arco temporal de este libro recorre el lapso comprendido entre dos batallas: la de Cepeda en 1820 y la de Caseros en 1852. En ambas ocasiones se derrumban grandes estructuras políticas: el Directorio y la Liga de los Pueblos Libres en Cepeda y la Confederación Argentina liderada por la Buenos Aires de Juan Manuel de Rosas en Caseros. Te propongo analizar juntos estas tres décadas de una Argentina "en formación", porque en la primera mitad del siglo XIX ese país todavía no existe del todo. Ni en 1820, aunque se vayan delineando algunos de sus aspectos, ni tampoco en 1852, aunque sus elementos constitutivos sean cada vez más claros y visibles. Elegí como título Los días de la violencia porque entre 1820 y 1852 la violencia de los enfrentamientos políticos alcanza niveles desconocidos antes, y muy poco frecuentes después.
Te preguntarás por qué me pongo a escribir un libro de Historia cuando todos los míos anteriores son ficciones, es decir, historias inventadas.
Y es que antes de empezar a escribir ficción estudié Historia. Obtuve mis títulos de profesor y de licenciado y me dediqué durante muchos años a enseñar en la universidad y en escuelas secundarias. De hecho, sigo enseñando. ¿Por qué, además, quise escribir un libro?
En las últimas décadas la investigación histórica se ha renovado mucho en la Argentina, con preguntas nuevas y aproximaciones mucho más ricas y diversas que antes. Y sin embargo esos trabajos no han conseguido, en general, abrirse paso en el sentido común más o menos compartido por la sociedad. Al contrario: siguen muy vigentes, en esa "agenda pública", discursos históricos moralizadores, que no se proponen comprender sino juzgar y que simplifican nuestra perspectiva con anacronismos y visiones épicas que dificultan nuestra posibilidad de entender ese pasado colectivo.
Por eso es importante que los que enseñamos Historia hagamos lo posible por facilitar el encuentro entre el trabajo académico más serio y actualizado y la sociedad a la que ese trabajo está destinado. Creo que esa es una de las principales funciones de quienes nos dedicamos a la docencia.
En Los días de la Revolución, mi primer libro de Historia, vas a encontrarte con una posible explicación del proceso revolucionario que sacude y derrumba el Virreinato del Río de la Plata entre 1806 y 1820.
La Argentina no "nace" automáticamente de ese proceso. Al contrario: es producto de una larga, accidentada y compleja evolución. Pero es cierto que algunas de las claves de esa construcción hunden sus raíces en esos tiempos revolucionarios, en esas personas, en esas circunstancias y en esas peripecias. Y aquellos años de principios del siglo XIX, cuando el Imperio Español estalla en pedazos, habitan también en nosotros, en lo que somos en el siglo XXI. Este libro es una invitación a explorar juntos esos vestigios cargados de significado.
Eduardo Sacheri