Elvira Roca acomete con rigor en este volumen la cuestión de delimitar las ideas de imperio, leyenda negra e imperiofobia. De esta manera podemos entender qué tienen en común los imperios y las leyendas negras que irremediablemente van unidas a ellos, cómo surgen creadas por intelectuales ligados a poderes locales y cómo los mismos imperios las asumen. El orgullo, la hybris, la envidia, no son ajenos a la dinámica imperial. La autora se ocupa de la imperiofobia en los casos de Roma, los Estados Unidos y Rusia para analizar con más profundidad y mejor perspectiva el Imperio español. El lector descubrirá cómo el relato actual de la historia de España y de Europa se sustenta en ideas basadas más en sentimientos nacidos de la propaganda que en hechos reales.
Roca Barea investiga las causas de la perdurabilidad de la hispanofobia, que, como ha probado su uso consciente y deliberado en la crisis de deuda, sigue resultando rentable a más de un país. Es sabido por todos que el conocimiento de la historia es la mejor manera de comprender el presente y plantearse el futuro.
Los Cuadernos negros representan una forma que, en su estilo, posiblemente resulte singular no solo en Martin Heidegger, sino en general en toda la filosofía del siglo XX. El género con el que mejor se los podría comparar sería el «diario de pensamientos» o el «diario filosófico». Pero mientras que esta designación casi siempre relega los escritos que quedan comprendidos bajo ella al margen de unas obras completas, el significado de los Cuadernos negros habrá que considerarlo sin embargo aún en el contexto del «pensar inicial» de Heidegger.
Esta cuarta entrega de los Cuadernos negros contiene las «Anotaciones I-V», que arrancan cuando se inicia la derrota alemana en la guerra mundial y prosiguen en la inmediata posguerra. Al comienzo de las «Anotaciones IV» Heidegger cita la siguiente frase de Leibniz: «Quien solo me conoce por mis libros no me conoce». Esta frase da una indicación sobre el significado de los Cuadernos negros en su conjunto. Ellos constituyen unos singulares manuscritos escritos al margen de la esfera pública. Incluso de forma distinta que los tratados inéditos, como por ejemplo los Aportes a la filosofía (Acerca del evento), le ofrecen a Heidegger la posibilidad de escribir sin trabas su pensar sin parar mientes en formalismos.
Tienes en las manos una historia olvidada. No se trata de una historia amplia, definitiva y exhaustiva del mundo, sino algo más sosegado, más íntimo y particular: un viaje único, a través de un centenar de objetos que nos transportan a múltiples, fascinantes y a menudo ignoradas hazañas femeninas.
Con una prosa delicada y magnética, cosida a través de un sinfín de anécdotas trepidantes, Annabelle Hirsch despliega a una gran selección de mujeres (y sus pertenencias) que, en el fondo, es una inmejorable excusa para desvelar los pensamientos y sentimientos cotidianos de todo un género. El resultado es una historia alternativa, íntima y conmovedora, de la humanidad.Una estatua de Hatshepsut, un consolador de cristal del siglo xvi, una máquina de escribir Remington, un bolígrafo que perteneció a Greta Garbo, un Tupperware o un broche de Hannah Arendt explican la evolución del rol (y el poder) femenino desde las sociedades prehistóricas hasta hoy. Cosas de mujeres desmonta todo lo que que creemos saber de nuestro pasado para demostrar que, en sus facetas más desconocidas y domésticas, este ha sido tan complejo y fascinante como las mujeres que lo poblaron.