De todos los grandes forajidos del Viejo Oeste ninguno ha dejado una huella más duradera que William H. Bonney, también conocido como Billy the Kid. Algunos creen que su leyenda comenzó cuando murió a manos de Pat Garrett en la noche del 14 de julio de 1881, otros piensan que fue con su increíble huida de la prisión de Lincoln unos meses antes, mientras que, para otros, su origen está en la publicación del libro de Noble Burns en 1926. Esta temprana biografía, en parte novelada, fue escrita cuando el Kid aún vivía en la memoria colectiva de muchos participantes directos en los acontecimientos, con los que Burns se entrevistó.
Este libro da cuenta de esa revolución o de esas revolucionesw. Es la biografía canónica y de absoluta referencia de Thoreau, en la que se relatan los viajes interiores y exteriores de un hombre que ha marcado la historia universal.
Ante la intolerancia, queda siempre Voltaire. Nadie ha escrito mejor ni de forma más precisa contra un mal endémico y secular que aún hoy nos golpea.
Cree lo que yo creo y lo que no puedes creer, o perecerás. Cree o te aborrezco; cree o te haré todo el daño que pueda. >> Ese era el dogma del fanatismo según Voltaire. Y, como los atentados contra Charlie Hebdo volvieron a demostrar, ese sigue siendo hoy, dos siglos y medio después. Así que no es casual que este autor se haya convertido en el fenómeno editorial del momento en Francia, con más de 150.000 ejemplares vendidos en un solo mes.
Voltaire, la estrella editorial de la rentrée, como tituló Echo, fue según Savater el primer intelectual, un pensador que nunca se conformó con entender el mundo, sino que ansiaba transformarlo y que entendió como nadie antes que el texto era un poderoso instrumento de propaganda. De ahí su estilo directo, divertido, nunca frívolo, en el que prima siempre la voluntad pedagógica. Los paralelismos entre autor y editor son claros. En Savater reconocemos a Voltaire y por eso nadie mejor que él para exprimir su pensamiento y hacer lo que él nunca hizo, exponerlo en forma de máximas y aforismos. Se nos permite así conocer a un hombre genial, que dedicó su vida a combatir a siglos de intolerancia, de rutinas dogmáticas, de autoridad mal entendida y peor ejercida. ¿Sus armas? Una aguda inteligencia y un espíritu sarcásticamente irreverente que impregnan toda su obra.