Antonio Gramsci ha llegado a ser uno de los nombres de referencia en las ciencias sociales y las humanidades contemporáneas. Sus dotes de analista, forjadas como dirigente político al calor de la coyuntura revolucionaria y la contraofensiva fascista del primer tercio del siglo XX –y por tanto no como ejercicio de preciosismo académico, sino dirigidas a comprender sus apremiantes circunstancias–, siguen hoy inspirando lecturas e interpretaciones tanto en el ámbito estrictamente intelectual como entre militantes políticos de diverso signo, llegando a convertirse incluso en tópicos del lenguaje político cotidiano y difuminando la precisión de sus contornos conforme crece la amplitud de su alcance. Ante tal hecho, y a fin de que dicha proliferación pueda, además de perdurar, enriquecerse en sus fundamentaciones, la presente edición ofrece al lector en lengua castellana una versión nueva de los Cuadernos de la cárcel de Antonio Gramsci, principal fuente en la que se decantan sus categorías analíticas, pero donde también se vislumbra la más amplia, y menos conocida, perspectiva general que las dota de arraigo.
Escribir libremente, crear obras artísticas sin seguir los cánones establecidos o informar objetivamente fueron actividades de alto riesgo en los países comunistas. Escritores y artistas bajo el comunismo es un libro único en el mundo, una historia del socialismo totalitario a través de las vivencias y las obras de los escritores, intelectuales, periodistas, músicos, pintores, cineastas y artistas de todo tipo, que sufrieron la represión de los regímenes comunistas. Bien porque sus obras no exaltaban los éxitos del comunismo o porque no se ajustaban al canon literario y artístico del partido; bien por su carácter crítico respecto al sistema, por reclamar libertad, democracia y respeto a los derechos humanos; o simplemente porque aquellos creadores cayeron en desgracia. Esta obra cubre todos los países en los que hubo, o hay, regímenes comunistas o afines. A través de las vivencias y obras de estos escritores y artistas, personas con nombres y apellidos, se pretende recordar también a los millones de seres anónimos, olvidados, que sufrieron esa misma represión.
La expansión del cristianismo en el Imperio romano sigue siendo una incógnita para los estudiosos. ¿Cómo pudo un grupo mistérico del Mediterráneo oriental desarrollarse hasta sustituir a los reconocidos y bien financiados cultos que contaban con el respaldo del Imperio y de la aristocracia? ¿Y cómo llegó a convertirse en el siglo V en la religión oficial?
La lógica de las respuestas tradicionales destaca la altura de la doctrina propuesta por los cristianos, su apasionado celo, el eficaz proselitismo y hasta la sobriedad de su propuesta moral.
A lo largo de esta obra se propone una lógica alternativa, cuyo punto de partida es la práctica de la paciencia, virtud que ha de configurar a quienes solicitan hacerse cristianos. A ello se suma el esfuerzo por cambiar el propio estilo de vida (habitus), que exige apartarse de los usos y costumbres de la sociedad. Por último, la obligatoriedad de la catequesis y del culto como medios que atestiguan la acción invisible de Dios en la historia y ayudan a perseverar pacientemente en la opción cristiana.