¿Qué se siente cuando uno ve ondear la bandera de su país? A lo largo de la historia las banderas han representado las vivencias, esperanzas y sueños de millones de personas en todo el mundo. Las alzamos, las quemamos, marchamos bajo sus colores, y aún hoy en día, morimos por ellas.
En el libro, el autor abarca desde el ferviente sentido del nacionalismo en China, las dos Coreas, las identidades problemáticas de Europa y Estados Unidos, la influencia del simbolismo religioso ?como el aterrador mensaje del Estado Islámico?, las banderas de la libertad de la zona de África oriental y hasta la bandera blanca símbolo de rendición, la legendaria calavera pirata o la complejidad de la más global de todas ellas: la bandera de las Naciones Unidas.
En este momento el mundo es un lugar turbulento y es necesario entender los símbolos ?viejos y nuevos? por los que cada comunidad continúa movilizándose, exhibiendo hazañas o luchando por sus derechos. Tim Marshall se basa en más de veinticinco años de experiencia en reportajes por todo el mundo para mostrarnos las historias, el poder y la política de los colores que nos unen y nos dividen.
«Lo quiero todo de la vida, quiero ser mujer y quiero ser hombre, quiero tener muchos amigos y gozar de la soledad, quiero trabajar mucho y escribir buenos libros, quiero viajar y pasarlo bien, quiero ser egoísta y quiero ser generosa», dijo Simone de Beauvoir en una carta a su amante Nelson Algren. Desde su infancia, en una época en la que a las mujeres no se les permitía estudiar, votar o elegir su profesión, hasta convertirse en una de las pensadoras más influyentes de todos los tiempos, Simone se embarcó con pasión en la gran aventura de ser ella misma. La filósofa y escritora existencialista, que se declaró comunista y atea, que formó con Sartre una pareja mítica, pero que decidió no casarse ni tener hijos, y que trató de entender qué significa ser mujer, sigue siendo un icono incontestable del feminismo y una fuente de inspiraciónpara una legión de lectoras. Las premiadas Julia Korbik y Julia Bernhard retratan a la autora de El segundo sexo como hija, amiga, amante: una intelectual que lo quiso todo de la vida y exploró como nadie lo había hecho antes en la condición femenina, la sexualidad, la libertad y las distintas maneras de amar.
Sócrates no escribió nada, ni fundó ninguna escuela, ni desarrolló teorías concretas. Sin embargo, su figura es una de las más influyentes de la historia del pensamiento y se ha convertido en símbolo del pensador crítiico que llega hasta las últimas consecuencias por defender sus ideas. Esta obra ahonda en su marcada personalidad y su filosofía para entender mejor la importancia que ha tenido su método racional en el pensamiento occidental, que parte del reconocimiento de la propia ignorancia para, a través del diálogo y la contradicción, conducir al interlocutor hacia la verdad.