La academia también cuenta con sus propias estrellas del rock y Slavoj Zizek es una de las más brillantes y rebeldes. Firme luchador contra el sistema, el icónico filósofo muestra en estas implacables reflexiones cómo la violencia está presente en todas partes y cómo, en demasiadas ocasiones, no somos capaces de discernir entre la violencia subjetiva -la más visible- y la objetiva -la invisible, inherente al estado «normal» de las cosas-.
Juan Villoro relata en La figura del mundo algunos pasajes memoriosos en torno a su padre, el pensador mexicano-catalán, Luis Villoro. Sin el afán de escribir una biografía en estricto sentido, Juan evoca aquí la vida singular de quien fuera filósofo, luchador social, zapatista y autor de una obra fundamental. En este libro hace una aproximación a una figura a la vez íntima y pública, adentrándose en las complejidades de cualquier vida, narrando con maestría instantes que se desdoblan para entender el ubicuo presente. Recupera así la esencia de un padre quien estuvo presente en la vida familiar de un modo intangible, un padre que debe ser indagado por un hijo que intuye sus afectos y renueva, de este modo, el pasado.
Escrito con gran sensibilidad y agudeza, este libro condensa el asombro y la emotividad de un autor para el que la escritura se convirtió en «una permanente carta al padre».
Manuel Rico nos ofrece, en este libro, una colección de trabajos con un denomi-nador común: una visión crítica, no exenta de polemica, de la narrativa española y sus aledaños en el tránsito del siglo xx al xxi, tiempo en el que surge en nuestro panorama literario la llamada & x0201C;nueva narrativa española& x0201D; con las primeras obras de jóvenes autores y autoras, desde Muñoz Molina a Adelaida García Morales, pasando por Julio Llamazares, Martínez de Pisón o Javier Marías, iniciando un proceso en el que se encabalgarán, al menos, dos nuevas generaciones de narradores mientras, en paralelo, cobra un peso determinante la realidad digital.