Podemos acercarnos a los campos de concentración nazis a través de las memorias de los supervivientes y de los estudios históricos. Menos explorada es la vertiente de los aspectos sociales y psicológicos de la realidad de los Lager.
Este libro pretende, con afán divulgativo, acercarnos a ese terrible mundo: saber cuáles eran los roles de sus actores (SS y prisioneros) y valorar las interacciones entre ellos, así como desgranar los efectos psicológicos y psicosomáticos que padecieron los deportados.
Psicología del mal rastrea los espacios más oscuros del alma humana y la relación asimétrica que se da entre verdugos y víctimas, en las que estas últimas no tienen más remedio que aceptar, si es que quieren sobrevivir, los códigos impuestos desde la brutalidad y la barbarie en el proceso de animalización al que son sometidos.
¿Tenemos algo que contar? Y, lo más importante, ¿sabemos cómo hacerlo?
Decía Oscar Wilde que no existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Probablemente sea así, pero quizá no sea lo mismo tener algo que expresar al mundo... que creer que se tiene.
En todos nosotros anida el anhelo de contar una historia, pero ¿abordamos la escritura con la suficiente profesionalidad y conocimiento como para que esas historias lleguen a buen puerto o reúnan la mínima calidad para los lectores? Escribir con la suficiente profesionalidad como para que las historias lleguen a buen puerto o reúnan la mínima calidad para los lectores, es un reto para miles de autores potenciales.
David Vicente vuelca en este libro, riguroso y valiente, sus años de experiencia, no solo como escritor y editor, sino principalmente como profesor de escritura creativa tanto para diversas instituciones como dentro de su propia escuela, La Posada de Hojalata.
El arte de narrar ayudará a los lectores, y a todo aquel que aspire a escribir, a entender que el oficio de contar historias, a diferencia de lo que aseguraba Stephen King, es un poco más complejo que poner una palabra y después la siguiente, al tiempo que nos ayudará a enfrentarnos al papel en blanco o a la pantalla vacía.
Un relato íntimo cargado de lúcidas reflexiones sobre lo que significa envejecer.
Actualmente cumplir años se ha convertido en una desgracia o, como mínimo, en un proceso que la sociedad rechaza y silencia. Frente a esta realidad, esta hermosa obra nos revela no solo los estereotipos y prejuicios que rodean la edad madura, sino el valor que pueden tener el sentimiento de finitud y la experiencia de lo vivido.
Entremezclando experiencias personales, anécdotas y referencias a autores como Herman Hesse, Annie Ernaux, Elias Canetti, Marguerite Duras, Virginia Woolf, Roland Barthes y un largo etcétera, este libro nos muestra que, si sumar años está visto como una fatalidad, saber envejecer es una posibilidad e incluso un privilegio. No hay duda de que la vejez supone una aceptación, tal vez un desdoblamiento de uno mismo —te ves distinto de lo que has sido—, pero esta aceptación pasa por mantener el deseo de vivir.
La viajera de noche no es una guía para envejecer bien, es un grito contra la invisibilidad y el rechazo a los que se exponen los viejos y, sobre todo, las viejas, así como una invitación a oponerse a la exigencia de la sociedad contemporánea de que nos hagamos mayores en silencio y de forma disimulada. Como dijo Simone de Beauvoir: «La vejez es una cuestión de civilización. ¡Continuemos con la batalla!».