El último emperador azteca, Moctezuma II, dicta sus recuerdos a Orteguilla; el paje de Hernán Cortés —que más tarde morirá en la retirada conocida como la «Noche triste»—, evocando su vida antes de la llegada de los españoles y describiendo los hechos que le condujeron a su decisión de corvertirse al cristianismo. Esta es, pues, la historia de la conquista de México en la voz del primero de sus protagonistas indígenas, cuya mentalidad, magníficamente reconstruida por el autor, retrata de un modo apasionante y vivísimo la época y las situaciones que hicieron posible uno de los episodios más extraordinarios de la historia universal. Hugh Thomas, uno de los historiadores extranjeros que mejor conocen el mundo hispánico, bajo el disfraz de un relato novelesco ha hecho en este libro una rigurosa y admirable pintura del fin del imperio azteca y de la fascinante personalidad del gran Moctezuma.
El libro DEL ARTE DE LA GUERRA, redactado por Maquiavelo en torno a 1520, contiene y desarrolla, siguiendo el típico esquema formal del tratado renacentista dialogado, las reflexiones del gran autor florentino sobre la milicia y la guerra. A lo largo de los siete capítulos en los que está dividido, se van afrontando y desgranando de forma homogénea aspectos como el del reclutamiento, la relación infantería-caballería y la instrucción y adiestramiento de los soldados, el orden de combate, la moral del combatiente, el reconocimiento y la observación del campo enemigo, el acuartelamiento y el régimen disciplinario y, por último, los cisternas de fortificación y defensa. Este es más que todo una joya literaria de uno de los autores más sobresalientes de la historia cultural occidental.
No cabe duda de que uno de los más potentes efectos que la filosofía de Spinoza produjo durante los tres últimos decenios del siglo XVII fue el de conferir una unidad de intención crítica, a veces desmedida en su violencia, a judíos y cristianos (ya fueran católicos o reformados), místicos y teólogos racionales, cartesianos y anticartesianos, oratorianos y jansenistas. El odio teológico y metafísico suscitado por el judío de Áms-terdam fue unánime, si bien las estrategias y tácticas desplegadas para aniquilar su doctrina fueron varias. De todas ellas se hace eco Fierre Bayle, guardando y difundiendo por los siglos su memoria. Pero lo hace construyendo a la vez, paciente y laboriosamente, a lo largo de más de veinte añqs y en prácticamente todas sus obras, una imagen mítica y, como tal, perdurable del famoso y temido «ateo de sistema». De esta manera, y dado que los escritos que aquí se ofrecen constituyen una suerte de corpus fundamental —al que se ha visto obligado a recurrir todo aquel que durante la práctica totalidad del siglo xvm quisiera informarse sobre la vida y la doctrina de Spinoza—, los efectos provocados por su filosofía comienzan a transformarse. El spinozismo quedará convertido en una de las más potentes condiciones de la elaboración del programa filosófico de la Ilustración más crítica y radical.