La increíble historia del ladrón de bancos Forrest Tucker da título a esta colección de crímenes reales, tres relatos en los que el periodista David Grann demuestra por qué es considerado el mejor escritor de no-ficción del momento. Si «El viejo y la pistola» es la historia de un artista del atraco y la fuga carcelaria que a sus setenta y muchos años se niega a retirarse, «True Crime» sigue la retorcida investigación de un policía polaco convencido de que un novelista dejó pistas en su obra sobre un asesinato real. «El camaleón» relata cómo un impostor francés asume la identidad de un chico desaparecido en Texas y se infiltra en su familia para terminar preguntándose quién está engañando a quién.
Con estos tres personajes, Grann muestra que la ficción no es la única vía para encontrar historias delirantes donde el engaño, la astucia y una innata habilidad para el crimen determinan el futuro de sus protagonistas.
Una lúcida visión del controvertido periodo entre 1808 y 1814 en la historia de España.
Cuando se estudian los complicados años desde 1808 hasta 1814 (Guerra de la Independencia) se comprueba la necesidad de rectificar buena parte del legado de no pocos historiadores del XIX. La idea de convocar Cortes parte de Fernando VII, y constituye la génesis del parlamentarismo español en su defensa ante el poder francés.
El autor trata ahora de ofrecernos una visión de conjunto de ese importante período de la historia de España, ofreciendo un mayor contexto de las Cortes extraordinarias y de las ordinarias que le sucedieron.
Con las siguientes tres contribuciones de la pluma de mi discípula Tatjana HÖRNLE sobre la dogmática de la determinación de la pena, puede el lector no solo introducirse en la actual discusión alemana, sino también familiarizarse con una tentativa exitosa para garantizar previsibilidad y justicia, en un campo de la ley hasta ahora controlado por la discrecionalidad y la arbitrariedad del juez. La ciencia penal alemana, reconocida mundialmente por sus logros revolucionarios en la sistematización de los supuestos de punibilidad, los que en gran medida fueron aceptados, ha descuidado por completo durante décadas el campo de la medición de la pena, a pesar de que para el acusado -en muchos casos- la pregunta acerca de la determinación de la pena es la decisión judicial más importante; mientras que los presupuestos de punibilidad (determinante para la pregunta sobre si se "condena o absuelve") en la práctica, generalmente, no plantean problemas especiales. Aplicar las reglas dogmáticas del derecho penal a la determinación de la pena, y hacerlas así controlables, es en el presente más importante que nunca.