Giorgio Nardone, uno de los psicólogos y psicoterapeutas más respetados de Italia, nos conduce al descubrimiento de los mecanismos de la estupidez y nos sugiere antídotos eficaces para protegernos de sus trampas y convivir con ella de la manera más funcional posible. Porque nada es del todo malo y todo puede ser útil: incluso la estupidez.
Todos hemos tropezado alguna vez con la estupidez y hemos adoptado comportamientos que, a posteriori, no parecen nada sensatos. A veces es incluso un exceso de razón lo que nos vuelve estúpidos, cuando por ejemplo nos obstinamos en defender nuestras ideas incluso si fracasan, confundiendo determinación con terquedad y tenacidad con cerrazón. Y así, cegados por éxitos efímeros, en vez de corregir estas actitudes, las repetimos con total convencimiento y acabamos convirtiendo manifestaciones ocasionales de imbecilidad en un rasgo permanente del carácter. La estupidez no existe en la naturaleza, no es un defecto biológico; es un producto enteramente humano, pero representa el mayor peligro para la humanidad, un virus taimado al que nadie es inmune. ¿Cuál es el origen de esta actitud? ¿Qué consecuencias tiene en la vida diaria?
En Crianza bíblica, Héctor Salcedo nos demuestra que la clave para enseñar, disciplinar y cultivar a nuestros hijos es poner el énfasis no solamente en lo que debemos hacer como padres sino en quienes debemos ser, con la ayuda de la Palabra de Dios.
Como padres, intentamos sembrar la Palabra de Dios o “semilla” en nuestros hijos, pero antes de plantar, nos falta un paso muy importante. La crianza bíblica requiere que los padres procuren crear en el corazón de sus hijos una actitud receptiva y enseñable antes de sembrar.
La tecnología ha sido siempre documento de civilización, pero también de barbarie. Este libro expone algunos casos, como el del zoológico fundado en Hamburgo por Carl Hagenbeck, que en 1875 exhibió indígenas porque resultaban más económicos de importar que los animales; o el de Eduardo Kac, que en 2001 utilizó la ingeniería genética como lenguaje plástico en su obra Génesis, al encriptar una frase traducida a morse en pares de ADN e inocularla en bacterias.
Según Michel Nieva, la historia de la literatura argentina se funda sobre esa fricción: la tecnología como cruce entre civilización y barbarie. En estas páginas encontramos una recopilación de ensayos que exploran, en la estela de Sarmiento y Borges y con la colaboración de Agamben y Burroughs, los imaginarios literarios y políticos que instituyeron el límite entre lo humano y lo no humano, lo cultural y lo natural, lo que merece vivir y lo que debe ser exterminado y capitalizado.