Tras los exitosos Así se domina el mundo (traducido a 11 idiomas) y El dominio mundial, Pedro Baños dirige su atención en este nuevo libro a las técnicas que el poder utiliza para controlar nuestras emociones, porque quien consigue controlar nuestra mente controla el poder.
Con su reconocida amenidad y lucidez, Pedro Baños aborda en El dominio mental un perturbador porvenir ―que, en muchos sentidos, ya es plenamente actual― desde múltiples perspectivas: la manipulación cultural y psicológica, la (de)formación de las voluntades personales, el control de la información y también las posibilidades que se abren con la evolución de las neurotecnologías o la inteligencia artificial en todos los campos, incluido el militar. Además de combinar una rica divulgación con un abundante caudal de información puesta al día, esta obra se presenta como un claro aviso a navegantes, porque se trata, en palabras del propio autor, «de abrir los ojos para estar alerta. Solo si conocemos en qué consiste y cómo se consigue esta forma perfecta de dominación mental, tendremos la posibilidad de ofrecer cierta resistencia a ella y preservar nuestras libertades». Aferrémonos, pues, a esa posibilidad porque todos ―niños, adolescentes y adultos― estamos aún a tiempo de desintoxicarnos, de desengancharnos del dominio mental, utilizando el arma más potente de la que disponemos: pensar por nosotros mismos.
Una brillante investigación sobre los efectos políticos y psicológicos de nuestra cambiante relación con los medios sociales.
Los antiguos ejecutivos de la industria social nos dicen que el sistema es una máquina de adicción. Somos usuarios que esperamos histéricos nuestro próximo éxito, con sus likes, sus comentarios y su difusión compartida. Escribimos a la máquina como individuos, pero esta nos responde agregando nuestros deseos, fantasías y debilidades, y convirtiéndolo todo en datos. Nos transformamos, queramos o no, en una experiencia de mercancía.
En la obra de Paul Klee Die Zwitscher-Maschine (The Twittering Machine o La máquina de trinar, 1922), la canción del pájaro de una máquina diabólica actúa como un cebo para atraer a la humanidad a un pozo de condenación. De igual forma, las redes y la industrial social nos ofrecían la promesa de construir nuestra propia historia, pero ¿hasta qué punto elegimos la pesadilla en la que se ha convertido?
Noam Chomsky es uno de los pensadores más respetados y leídos en el mundo por razones muy evidentes: sus textos señalan los crímenes de los poderosos, revelan los verdaderos motivos que se esconden tras sus acciones y, con mordacidad, denuncian las falacias de sus discursos autojustificativos. En definitiva, cumple con el deber que, de acuerdo al sentido común, cabría esperar de un intelectual. Sin embargo, no todos sus pares muestran ese mismo compromiso moral. A lo largo de su trayectoria política, Chomsky ha abordado de manera directa la cuestión de cuál es la verdadera responsabilidad de los intelectuales en dos ocasiones, dos escritos ya canónicos dentro de su prolífica obra, recogidos junto a un nuevo prefacio del autor en este volumen. A finales de los años sesenta, al calor de la guerra de Vietnam, Chomsky denunciaba las vergonzosas políticas del gobierno estadounidense y el no menos vergonzante papel de ciertos intelectuales al respaldarlas. En 2011, tras el «asesinato planificado» de Osama bin Laden, reflexionaba sobre la pertenencia de los intelectuales a la clase de los privilegiados y su obligación de cuestionar a las autoridades. Más relevante hoy que nunca, este libro nos recuerda que los privilegios «brindan oportunidades, y las oportunidades conllevan responsabilidades». Todos tenemos elección, incluso en tiempos desesperados.