Aunque parece que se ha escrito ya todo sobre Adolf Hitler, lo cierto es que este personaje que marcó el siglo XX sigue siendo, en cierto modo, un desconocido. Su compleja y contradictoria personalidad, en la que convive el despiadado dictador con el apasionado artista, el dirigente sin escrúpulos con el líder carismático o el desquiciado autócrata con el soñador de utopías, continúa dejando perplejos a los historiadores. ¿Quién era Hitler en realidad? La imagen suya que ha trascendido, histriónica y vociferante, reducida a una caricatura, nos impide conocer cómo era el Hitler humano, valga el oxímoron. En esta obra se ofrece un retrato de ese dirigente desconocido, a través de los testimonios que dejaron aquellos que mejor le conocieron. El lector descubrirá así un personaje desconcertante, capaz de sentir un amor desmedido por su madre, de enamorarse perdidamente, de adorar a los perros que siempre tuvo a su lado, al tiempo que mostraba el mayor desprecio por la vida humana. En estas páginas se relatan episodios inéditos, como el hecho de que tuviera una cocinera judía, que se extasiaba con la música de un cantante judío o que tuvo varios amigos hebreos en su juventud.
«Un viaje caleidoscópico a través de los siglos XX y XXI. En manos de Richard Cockett, Viena se convierte en la cuna del mundo contemporáneo». Janek Wasserman, autor de The Marginal Revolutionaries
«Un libro rico y fascinante. La Viena anterior a la guerra fue un caldero de ideas. Ideas que estaban casi extintas en Austria, pero que se exportaron al mundo anglosajón, y Richard Cockett da buena cuenta de cómo siguen modelando nuestras vidas». David Edmonds, autor de The Murder of Professor Schlick
«Viena nos permite saborear los embriagadores días de la cultura de cafés de la capital austríaca, que, como sobradamente demuestra, infusionó la riqueza y la audacia de la era moderna. Sea en arte, música, economía o ciencia, Cockett nos desvela las contribuciones esenciales y extraordinarias de esta ciudad a la vida contemporánea». Paul Halpern, autor de El laberinto cuántico
Nada puede restar valor al hecho de que incluso en medio de la brutalidad sin precedentes de la guerra ruso-alemana en el frente oriental, Stalingrado ocupa un lugar especial de horror en la imaginación humana. No fue una batalla librada en mitad de la estepa, el desierto o la selva, sino en las casas, fábricas y calles que tantos de nosotros reconocemos hoy en día en nuestra propia existencia urbana. El mismo nombre de Stalingrado evoca imágenes de humo, fuego y escombros, con vigas retorcidas sobre montones de ladrillos destrozados; no hay nada glorioso ni romántico en ella. Esta es la destrucción total y absoluta de todo un ejército de hombres y sus máquinas. Esta es la batalla tal como la vieron los alemanes que la libraron y sus aliados. Esto es Stalingrado».