El libro negro del socialismo contemporáneo: de Zapatero a Sánchez
«Dos décadas de socialismo resumidas en tres premisas: la demolición de la Constitución española, de la monarquía parlamentaria y de la unidad de España».
«José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez han sido dos presidentes nefastos que han abierto las puertas de las instituciones a los herederos de ETA y han fabricado cordones sanitarios contra la elección democrática de la mitad de los españoles. Han retorcido el Poder Judicial y han hecho realidad una España en la que parece normal tener a etarras en listas electorales, a violadores en las calles, a okupas en las casas, a golpistas indultados y a autónomos quebrados».
En su incisiva crónica del socialismo de los últimos veinte años, Carlos Cuesta desgrana el turbio paso de Pedro Sánchez por Caja Madrid, su tesis falsa, sus maniobras para hacerse con el poder en el PSOE, sus enchufes familiares, las alianzas marroquís de su esposa o el espionaje de su móvil.
Un libro imprescindible para comprender la realidad de una España endeudada, sometida a un castigo fiscal sin precedentes y sumida en un enfrentamiento político y social inédito en la etapa democrática.
¿Cómo definir la guerra en la actualidad? El escenario clásico ha cambiado, al disponerse de armas de destrucción masiva en manos de poderes en abierta oposición. ¿Cómo evitar el riesgo de una destrucción de la humanidad? ¿Es el camino reunir todos los poderes en uno solo, que ofrezca protección y seguridad? ¿Es posible alcanzar así una paz política y cultural duradera? ¿A qué precio? Tras su larga experiencia en aulas y en países en conflicto, el autor plantea el problema con una precisión escalofriante, y ofrece un itinerario capaz de garantizar la paz salvaguardando también la libertad.
Atravesamos una crisis del humanismo. El término está casi obsoleto. Su dificultad para respirar no proviene de discursos despectivos hacia el hombre, no nos equivoquemos. Es a través de la compasión como este nuevo humanismo, vaciado ya de sustancia, se extiende como un cáncer. Al querer ser mejor humano, sólo humano, demasiado humano, el hombre moderno genera quimeras. El nuevo hombre soñado por los regímenes fascistas o soviéticos era un anticipo del hombre aumentado con el que sueñan los transhumanistas; de la misma manera, el Untermensch (infrahumano, como llamaban los nazis a los no arios) encuentra hoy sus avatares en una muchedumbre que no se ajusta al proyecto deseado para la humanidad. La tentación de definir al hombre a partir de sí mismo lo relega a esa condición inferior. Sólo una imagen del hombre que lo salva impide esta división idólatra ¿Por qué?