Se diría que la experiencia amorosa es universal, aquella a la que todas las personas prácticamente sin excepción se creen autorizadas a referirse. Amo, luego existo nos acerca en concreto a la forma de vivir el amor de quienes se dedicaron intensamente a intentar comprender qué significa amar y ser amados. ¿Y cómo amaban, por cierto, los grandes pensadores? Los estoicos con paciencia, los vitalistas con entusiasmo, los nihilistas con pesimismo. Para un pensador, el amor es algo tan apasionante o doloroso como para el resto de los mortales. Porque el amor no es un asunto teórico de idéntico rango que los de mayor importancia: es una de las experiencias más intensas y absorbentes que puede tener un ser humano.
Lo que caracteriza a los filósofos seleccionados es precisamente que intentaron arrojar algo de luz sobre una pasión que en algunos momentos les devoró por completo. A la vista del lector estará que obtuvieron resultados desiguales, como también lo estará que todos ellos identificaron la aventura del pensamiento con la de la misma vida.
UN RECORRIDO POR LOS DESTINOS DE FICCIÓN MÁS FASCINANTES DE LAS LEYENDAS, LA LITERATURA Y EL CINE.
Las artes y la cultura popular han creado desde siempre territorios y lugares ficticios que podrían existir en nuestro mundo. De Gotham a Macondo, de la Atlántida a la ínsula de Barataria del Quijote, de la isla del tesoro a la isla de Perdidos, de Syldavia a Twin Peaks.
¿Qué tienen en común estos territorios? Todos ellos son imaginarios, pero se deslizan por las rendijas de nuestra realidad para hacer que la ficción sea plausible. En esta entretenida y práctica guía descubrirás todas estas «geoficciones» que conforman nuestro mundo y que también hablan de nosotros mismos y de nuestra historia.
Sumérgete en los más apasionantes destinos de la ficción en este viaje repleto de anécdotas y de historias divertidas que nunca habrías llegado a imaginar.
Descubre la personalidad y los hallazgos de cuatro grandes genios que cambiaron la vida de la humanidad.
En la era de internet y de la inteligencia artificial, la electricidad ocupa un lugar decisivo, lugar que seguirá ocupando en el futuro, pues es la clave para frenar el cambio climático. Pues bien, buena parte de nuestro progreso y bienestar se la debemos a cuatro personalidades cuyas vidas e inventos se explican en estas páginas.
En el Londres victoriano más humilde, Michael Faraday experimentó por su cuenta hasta sentar la base de la inducción, dando paso nada menos que a motores y generadores electromagnéticos. No muy lejos, en Escocia, donde no llegó Faraday por su falta de formación y de medios llegó James Clerk Maxwell, que se convirtió en el genio del electromagnetismo.