Un volumen que atesora leyendas épicas, extraordinarias y sobrenaturales de la era clásica, la mitología europea, la egipcia y la africana, la de Oriente próximo y la de Asia, la de Oceanía y la de las Américas. Historias que hablan de lo humano y lo divino, de los dioses y los héroes que han contribuido a enriquecer las tradiciones de las diferentes culturas.
Filosofía del colapso pretende dilucidar los presupuestos filosóficos, metafísicos y aun teológicos involucrados en las narraciones sobre el colapso. Estas narraciones han alcanzando tal rango teórico que puede hablarse, sin reparos, de una auténtica colapsología. Se trata de una síntesis de vastos dominios de conocimiento científico en torno a cuestiones de gran calado como el cambio climático, el pico del petróleo o la pérdida de la biodiversidad. Frente a la tesis del progreso infinito o de la abundancia ilimitada de recursos, los colapsólogos creen desvelar una tendencia de la civilización industrial hacia el desmoronamiento. En la medida en que la colapsología también plantea la pregunta por la existencia humana bajo la hipótesis del peor escenario posible, se trata de una recuperación contemporánea del existencialismo. A este respecto, la obra propone aplicar las categorías analíticas básicas del existencialismo a la colapsología, con el fin de elaborar una hermenéutica existencial del colapso.
El epicureísmo quizás sea la empresa filosófica más decidida a liberarnos de las preocupaciones y el dolor y a procurarnos una vida serena dedica a los placeres que nos quedan al alcance de la mano. Epicuro desarrolló su filosofía en un jardín abierto a los amigos, discípulos, mujeres y esclavos. Hemos antepuesto a los textos de su propia mano la biografía que escribió Diógenes Laercio, fuente de todo lo que sabemos sobre el gran filósofo helenístico, y completado la edición con una selección de los mejores pasajes de romano Lucrecio quien por devoción a Epicuro se impuso la tarea de verter su filosofía en un imponente poema De la naturaleza.
Tristes y alegres, perturbados y serenos... quedan todos invitados a escuchar las lecciones de Epicuro en su jardín.