Cuando Javier Milei irrumpió en la escena televisiva, embrujó a la audiencia con su intensidad y osadía. Pronto su discurso comenzaría el tránsito que lo llevó a convertirse en un actor político. Durante ese proceso fue tildado por muchos de «fenómeno barrial», denostándolo porque su influencia no tendría la estatura para salir al mundo, pero al poco tiempo creció, el mundo puso sus ojos sobre él y se convirtió en el primer presidente anarcocapitalista de la historia. Luego vino Davos, la visita a Israel, su acercamiento a Trump y a otros líderes de la extrema derecha europea y americana... Ahora Milei es una referencia mundial, un líder contra los impuestos, que desea extinguir las sospechas contra los billonarios, convirtiéndolos en héroes. Y su popularidad crece a pesar de las dificultades sociales que ha supuesto su terapia de shock.
Todo en Milei es inusual y conflictivo, tanto es así que a su alrededor flotan numerosas preguntas: ¿qué significa y qué consecuencias acarrea su crecimiento? ¿Cómo entender su «motosierra» contra el Estado en un país tan dependiente de él? ¿Cuál es su destino más probable? ¿Cuál es la relación de Milei con otros liberalismos y anarquismos de corte ultraconservador? ¿Cómo comprender un liberalismo que cree en el cambio radical? En esta obra, el experto en procesos de transformación política Alberto Mayol despeja las incógnitas que hay en torno a la figura del líder argentino y detalla las razones que lo han convertido en el representante de un problemático espíritu de nuestro tiempo.
¿Cómo salvar la brecha aparentemente infranqueable entre la ciencia (responsable de entender la naturaleza) y la política (responsable de regular la vida social)? Desde hace tiempo, la ecología política pretende dar respuesta a este enorme desafío, cuyas consecuencias ponen en peligro la base de la democracia. Pero tropieza con dificultades para renovar la vida pública...
La naturaleza siempre ha constituido una de las dos mitades de la vida pública; la otra mitad forma lo que llamamos política, es decir, el juego de intereses y pasiones. Por un lado lo que nos une, la naturaleza, por otro lo que nos divide, la política. Y por eso es erróneo afirmar que la preocupación por la naturaleza es el sello distintivo de la ecología política: porque las controversias científicas que suscita y la incertidumbre sobre los valores que provoca, nos obliga a abandonar la naturaleza como modo de organización pública.
Para Bruno Latour, la solución reside en una profunda redefinición tanto de la actividad científica (que debe reintegrarse en el juego normal de la sociedad) como de la actividad política (entendida como elaboración progresiva de un mundo común). En este libro, Latour explora las condiciones y limitaciones de esta reformulación, lanzando un nuevo enfoque para el mantenimiento de un mundo más habitable.
Los mitos son historias anónimas, transmitidas de generación en generación, y en ellas late la sabiduría y excepcionalidad de las sociedades humanas. El «conócete a ti mismo» ha quedado relegado al «sé tú mismo». El moderno eslogan (principio y fin de tantos libros de autoayuda) nos dice que debemos ser simplemente lo que somos, actuar de manera natural y espontánea, vivir sin complejos, despreocuparnos de todo Pues bien, los mitos nos curan justamente de eso, nos ayudan a no caer en la trampa de la banalidad. La mitología clásica nos proporciona un saber arcano que podemos actualizar. Sabemos que la vida no es un camino de rosas, que hay realidades que no podemos cambiar y tenemos que aceptarlas, pero también que muchas otras circunstancias vitales sí las podemos gobernar. Los mitos nos aportan sabiduría para discernir las primeras e inteligencia para arremeter las segundas. Es cuestión de afinar el oído y escuchar lo que nos revela Apolo sobre el autoconocimiento, Atenea sobre la intimidad, Hera sobre el placer, Narciso sobre las apariencias, Antígona sobre la conciencia, Aquiles sobre el egoísmo...