Thoreau amaba viajar y pasear por los bosques era una de sus actividades predilectas. Estos viajes siempre fueron una forma de elevación espiritual y de autoconocimiento. Lo mismo puede decirse de su célebre retiro de dos años en los bosques de Concord, recogido en la obra que más popularidad le granjeó, Walden. El pensamiento de Thoreau está anclado en dos ejes claros, el respeto a la naturaleza y el compromiso social. Su filosofía, condensada en la idea de vivir en comunión con la naturaleza del modo más sencillo posible, se encuentra en forma de reflexiones breves en este volumen. A través de fragmentos extraídos de sus obras, esta edición permite acercarse a la filosofía de Thoreau, que no ha perdido ni un ápice de su vigencia y se revela hoy más necesaria que nunca.
A través de las cincuenta y tres piezas que componen el Manual, Epicteto –crecido como esclavo en la turbulenta Roma de Nerón– nos ofrece los principios de la filosofía estoica, corriente de la que, junto al emperador Marco Aurelio y el filósofo Séneca, es su máximo representante.
Por medio de unas reflexiones afiladas y certeras y un lenguaje claro y sin concesiones, Epicteto nos propone la ética estoica como un punto de partida en la búsqueda de la tranquilidad de ánimo y de la felicidad. La unión entre la reflexión moral y su vertiente práctica que se produce en el Manual y en las dos piezas de sus diatribas incluidas en este volumen (Cómo actuar ante los tiranos y Contra los conflictivos y salvajes) contribuye a que el estoicismo sea percibido como una corriente filosófica capaz de influir en las acciones del día a día.
Will Smith, un niño inseguro criado en el tenso Oeste de Filadelfia, se convirtió primero en una de las mayores estrellas del rap de su era y luego en una de las mayores estrellas de Hollywood de todos los tiempos, con una sucesión de éxitos de taquilla que muy probablemente no se interrumpirá nunca. Es una historia épica de transformación interior y de triunfo exterior; una historia que Will narra extraordinariamente bien. Y, sin embargo, eso es solo la mitad de la historia.
Will Smith pensaba, y con razón, que había ganado la lotería de la vida: no era solo que su propio éxito no tuviera parangón, sino que toda su familia, al completo, se hallaba en el pináculo del mundo del entretenimiento. Sin embargo, ellos no lo veían así: se sentían como los protagonistas del circo de Will, un trabajo que les ocupaba los siete días de la semana y que no habían solicitado.