Una absorbente aproximación al trastorno bipolar, desde la doble perspectiva del paciente y el médico.
En Bipolar, la psicóloga y profesora de psiquiatría Kay R. Jamison se propuso a sí misma como «caso clínico» y decidió contar su propia y estremecedora experiencia como enferma maniaco-depresiva. Jamison vivió los infiernos de ese mal, también denominado trastorno bipolar, tan universal y, al mismo tiempo, poco conocido. Desde muy niña empezó a mostrar un carácter que se revelaría precursor de la enfermedad. Poco después de licenciarse en psicología, sufrió el primer episodio. A partir de entonces, y durante treinta años, su vida ha sido una auténtica odisea, descrita en estas páginas con extrema sensibilidad, ternura y lucidez. Esta obra, un libro de referencia, y también una extraordinaria ayuda para quienes sufren este tipo de trastorno, aparece ahora con un nuevo prólogo de la autora.
Un libro para conocer cómo a las mujeres se nos ha apartado siempre del poder. Y para que no nos vuelva a pasar.
Perder el miedo, alzar la voz, hacernos valer. Llevamos años hablando de la necesidad de liberarnos de lo que nos oprime, pero ¿quién nos explica de dónde salieron esos mandatos? Nos repiten hasta la saciedad la importancia de tomar las riendas de nuestra vida, pero ¿dónde se esconden las herramientas que nos ayudarían a hacerlo?
Esa desigualdad se retroalimenta y está averiando los tradicionales ascensores sociales: los impuestos dejan de gravar más a los que más tienen y la educación y las pensiones dejan de garantizar el ascenso o la protección social. El resultado es un edificio en el que los más ricos ganan más y los más pobres cada vez tienen menos, diferencias que se van enraizando en nuestra comunidad, de manera que quienes nacen pobres no pueden ascender y quienes nacen ricos nunca dejan de serlo.
La desigualdad es también empresarial y afecta incluso a la libertad de expresión, donde las líneas editoriales comienzan a servir a las grandes fortunas en lugar de a los grandes públicos.
Este es el estado actual de nuestro Edificio España. Hacen falta reformas urgentes para evitar que se derrumbe.