En medio de una crisis climática sin precedentes este libro intenta examinar las investigaciones de Marx en las ciencias naturales en el contexto de su crítica de la economía política. A menudo se ha situado el pensamiento de Karl Marx como un proyecto prometeico, un mundo donde la naturaleza este totalmente dominada por el ser humano, nada más lejos de la realidad. Marx ve en la destrucción del medio ambiente por parte del capital la posibilidad de formar una nueva subjetividad revolucionaria que requiera una transformación radical del modo de producción para lograr el desarrollo libre y sostenible de los seres humanos. La ecología de Marx, por tanto, no es determinista ni apocalíptica: milita por el reconocimiento de que es estratégicamente fundamental contener el poder del capital, para poder transformar la relación humanidad-naturaleza de modo que le dé una configuración sostenible.
Las modas se secan, caen y se las lleva el remolino del viento como las hojas tristes de los árboles. El pensamiento revolucionario en cambio mantiene el fuego de la rebelión. Si "gris es toda la teoría", la obra de Karl Marx está más verde que nunca. Muchas veces sepultada, sigue incendiando corazones, pasiones, amores y odios. Nadie queda indiferente, a pesar de tantas actas de defunción este curioso "cadáver" renace cada vez con una nueva sonrisa. 200 años después aparecen escritos suyos desconocidos y materiales inéditos. Este volumen incorpora tres invitaciones al debate: El Cuaderno Kovalevsky sobre las comunidades de India, Argelia y América de 1879, la crítica de Marx a Friederich List y a la antinomia proteccionismo/librecambio de 1845, ambos acompañados por un estudio introductorio de Álvaro García Linera, y los primeros cuadernos de la segunda redacción de El capital de 1861 a 1863 acompañados por un estudio de Enrique Dussel.
Con el mundo al borde del caos, ¿podemos predecir qué países sufrirán una guerra civil? Basándose en investigaciones y lecciones de más de 20 países, Walter identifica factores clave como el retroceso democrático, el faccionalismo o la política del resentimiento. Hoy, una guerra civil no será como la de Estados Unidos en el siglo XIX, la de Rusia en los años veinte o la de España en los años treinta. Comenzará con actos de violencia y terror esporádicos, amplificados por redes sociales. Saber cómo afrontar este peligro es crucial antes de que sea demasiado tarde.