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HUMANIZAR LA EDUCACION (BOL)

La situación que hemos vivido ha mostrado los descosidos del sistema educativo y ha puesto de manifiesto lo alejado que este se halla de la realidad. Se ha desvelado la inflexibilidad del currículo: es este el que ha de adaptarse a la realidad, no al revés. Estos meses, al hablar de educación, los verbos que más se han escuchado han sido examinar y evaluar. Es la vida la que nos está poniendo a prueba, y lo que tenemos que evaluar es el sistema. Así que, en lugar de buscar diferentes respuestas a las preguntas de siempre, quizá debamos cambiar las preguntas: ¿qué herramientas necesitan los niños y las niñas? ¿Qué carencias encontramos en la educación que hemos recibido? ¿Servirá lo que hemos vivido para reflexionar o volveremos a la educación prepandemia como si nada hubiera pasado? Tenemos que aprovechar este momento para replantearnos la educación que queremos: si hay algo que está claro, es que todo comienza en la educación.
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SALVATE, LA VIDA TE ESPERA (BOL)

Boris Cyrulnik, eminente psiquiatra y psicólogo, profundo conocedor de la mente, vivió una infancia traumática. Separado de sus padres, que fueron asesinados en campos de concentración, vivió como un fugitivo, escondido en casas de familias de acogida y en orfanatos. Como la mayoría de los supervivientes al volver de los campos, y como la mayoría de personas que han vivido situaciones traumáticas durante su infancia, Boris Cyrulnik se refugió en el silencio después de la guerra. Sálvate, la vida te espera es un libro sobre el trauma, sobre las heridas y la sanación, sobre la imposibilidad de contar en un mundo en el que nadie quiere escuchar. Sobre la indiferencia que mata y los vínculos que salvan, sobre las ilusiones del recuerdo, sobre ese fenómeno extraño que se llama memoria, que no es la reconstrucción del pasado sino su representación, y que no cuenta la verdad histórica de los hechos sino otra verdad, todavía más real: la de la persona que recuerda. A través del relato de su propia historia, Boris Cyrulnik ayuda a todos aquellos que intentan escapar de un pasado marcado por el dolor.
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LOS VICIOS ORDINARIOS

Este libro constituye una deambulación por un campo de minas moral, no una marcha hacia un destino concreto, y, según la autora, con ese espíritu conviene leerlo. Si los siete pecados capitales del cristianismo representan los abismos del carácter, los «vicios ordinarios» de los que nos habla aquí Shklar —la crueldad, la hipocresía, el esnobismo, la traición y la misantropía— son los bajíos traicioneros que tienen una dimensión no solo privada, sino también pública, y que nos hacen caer en la mezquindad y la inhumanidad. Para abordar la cuestión, la autora se basa en una gran variedad de escritores: Molière y Dickens nos hablan de la hipocresía; Jane Austen, del esnobismo; Shakespeare y Montesquieu, de la misantropía; Hawthorne y Nietzsche, de la crueldad; Conrad y Faulkner, de la traición. Además, nos encontraremos con Montaigne, «el héroe de este libro», quien, en espíritu, está presente en cada una de sus páginas. Él antepuso el rechazo de la crueldad, y de él aprende la autora lo que se deriva de esa convicción. Shklar examina las consecuencias destructivas de todos estos vicios, las ambigüedades de los problemas morales que plantean al ethos liberal y sus implicaciones para el gobierno y los ciudadanos: el liberalismo, lejos de representar una amoral ley de la selva, es una doctrina restrictiva y difícil, que exige de nosotros la capacidad de soportar la contradicción, la complejidad, la diversidad y los riesgos de la libertad.
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