El Derecho ocupa una posición altamente significativa, pues cualquier sistema jurídico expresa de la manera más gráfica y real lo que representa una sociedad. Muestra tanto lo que se predica como lo que se practica. Dice lo que oficial y públicamente se considera justo y lo que se hace oficial y públicamente cuando las cosas van mal. Notemos, de paso, que lo que se considera y hace oficial y públicamente puede estar en contradicción con lo que se considera y hace extraoficial y secretamente, pero sin embargo sorprende lo mucho que podemos aprender, en las leyes, códigos y repertorios de casos soviéticos, así como en los extensos comentarios y críticas de los tratados y revistas jurídicas, acerca del funcionamiento actual del sistema. El derecho soviético no es solamente un producto del socialismo marxista, y el conflicto entre socialismo y libre empresa no es en absoluto la única cuestión planteada en la presente pugna internacional. El derecho soviético es también un producto de la historia rusa, es derecho ruso de la misma manera que nuestro propio derecho no es capitalista o democrático , sino americano. Cada uno de los sistemas contiene una mezcla de características no solo socialistas y capitalistas, sino también de elementos precapitalistas arrancados de muy diferentes etapas de su historia pasada. Los derechos no pueden clasificarse limpiamente en términos de fuerzas socioeconómicas. Los sistemas jurídicos se han construido lentamente, a lo largo de los siglos, y en muchos aspectos resultan notablemente impermeables a los cataclismos sociales. Esto es tan verdadero del derecho soviético, construido sobre los cimientos del pasado ruso, como del derecho americano, con sus raíces en la historia inglesa y de la Europa occidental. Algunas de las diferencias básicas entre ambos tienen su origen en la polaridad existente entre la historia rusa y la historia occidental durante casi un millar de años.
La posguerra fría comenzó con la promesa de un mundo donde la lucha contra los desafíos transnacionales, la globalización económica y la expansión de valores universales se impondrían a dinámicas tradicionales como la competición entre grandes potencias y el equilibrio del poder. Estas promesas no se cumplieron. A la globalización económica le sucedió el fenómeno de la desglobalización, que supuso la reducción de la interdependencia económica y política entre sus actores. La primacía de los desafíos transnacionales ha dado paso al retorno de la geopolítica, y la hegemonía estadounidense a una estructura multipolar que ha devuelto la competición entre grandes potencias, particularmente entre Estados Unidos y China, al centro de la agenda.
Esta obra analiza las principales características de este sistema internacional competitivo. Expone su evolución histórica, sus dinámicas clave y sus principales protagonistas, centrándose específicamente en las grandes potencias. Sin olvidar el análisis de sus principales escenarios regionales de competición y conflicto.
En "Mujeres ante todo" el médico y antropólogo Melvin Konner examina el arco de la evolución para explicar las relaciones entre mujeres y hombres. A partir de ejemplos extraídos de la Naturaleza -el pulpo, la araña viuda negra y ciertos peces de arrecifes coralíferos, que pueden cambiar de macho a hembra en un solo ciclo reproductivo-, Konner arroja luz sobre nuestras identidades biológicamente diferentes y las conmovedoras excepciones que desafían la tradicional división hombre/mujer.
Conoceremos a los cazadores-recolectores de Botsuana, cuya cultura otorgó a las mujeres un lugar destacado, creando la figura de la madre trabajadora y dando su lugar a la voz femenina en la tribu. La Historia alteró este equilibrio cuando una orientación de las sociedades hacia la guerra y la conquista propició el dominio masculino extremo. Pero nuestra especie se ha ido recuperando durante los últimos dos siglos y avanza de forma imparable hacia la igualdad. No será el fin de los hombres, pero supondrá el fin de la supremacía masculina y la llegada de un mundo mejor y más justo para mujeres y hombres por igual.