El viento común es uno de los versos que el poeta William Wordsworth dedicó al héroe de la Revolución haitiana Toussaint Louverture. Este libro describe las corrientes de ese "viento común" que batió contra las colonias esclavistas de los imperios europeos en el Caribe: desde los cimarrones de Jamaica, Cuba y la Tierra Firme española, hasta las revueltas de esclavos del siglo XVIII que tuvieron su culminación en la Revolución negra del Santo Domingo francés. En un poderoso ejercicio de "historia desde abajo", Scott examina la circulación de ideas entre esclavos, negros y marineros, recupera los rumores de emancipación que agitaron los puertos y llegaron a las plantaciones, observa la velocidad con la que las noticias se proyectaban de un punto a otro y consigue reconstruir las formas de organización que finalmente estallaron en revuelta o motín. El hilo que reúne todos estos elementos es la resistencia: la búsqueda de una mayor libertad por parte de unas poblaciones que en cuanto podían se declaraban libres de todo amo. Para ello, Scott ha realizado un minucioso trabajo en los archivos franceses, ingleses y españoles. Gracias a su novedosa perspectiva y a la precisión de sus aportaciones, El viento común se ha convertido en una de las obras más originales del emergente campo de estudios del Atlántico negro.
En octubre de 2019 tuvo lugar en Nueva York el Evento 201, un encuentro al más alto nivel en el que se dieron cita las principales agencias globalistas. Allí se simuló la irrupción de una pandemia que se extendería por el mundo debido a un novedoso coronavirus especialmente contagioso, basado en el SARS y que, procedente de un murciélago, saltaba a los humanos a través de un animal intermedio. El supuesto incluía la ausencia de vacuna durante el primer año. Las consecuencias sociales y económicas de la pandemia resultaban devastadoras.
Tres meses después, una OMS sostenida por los intereses privados de Bill Gates y de las farmacéuticas declaró la pandemia de covid-19.
El gran historiador de Europa oriental Karl Schlögel escribe sobre el desaparecido universo soviético a lo largo de su siglo. Él mismo presencia la inauguración de las megaconstrucciones del comunismo y la apertura de las fosas comunes del terror estalinista. Explora la vastedad del país ferroviario y las estrecheces de la vivienda comunitaria. Su labor arqueológica nos descubre lugares cotidianos para la supervivencia, como la cocina moscovita o las colas. Tampoco faltan los espacios para la felicidad o las pequeñas libertades. Cien años después de la revolución de 1917, nos presenta la imagen panorámica de una civilización que sobrepasaba el sistema político. Imprescindible para comprender 'el tiempo posterior' que estamos viviendo.