Por primera vez en un solo volumen, dos de los grandes relatos inspirados en la extraordinaria empresa conquistadora de Alejandro Magno, prologadas y anotadas por el helenista Carlos García Gual.
Las dos obras que integran este libro, Vida y hazañas de Alejandro Magno y Nacimiento, hazañas y muerte de Alejandro de Macedonia, se sitúan entre la biografía, la leyenda y la historia del gran conquistador del Oriente, pero son de estilos muy distintos. La primera, firmada por Pseudo Calístenes y construida con elementos heterogéneos ―relato histórico, relaciones epistolares fingidas, cuentos fabulosos― es una obra miscelánea, a medio camino entre la biografía y el género novelesco, que gozó de gran éxito en la Antigüedad tardía y hasta bien entrada la Edad Media. En la segunda, de autor anónimo y basada en la primera, el relato transmitido oralmente durante siglos toma por primera vez forma impresa en la Venecia de mediados del siglo XVII, convirtiéndose en un gran éxito popular con más de cuarenta reimpresiones a lo largo de los dos siglos posteriores.
Si bien las " Vidas de los césares " (desde Julio César a Domiciano, pasando por Augusto, Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón, etc.) no pasa por ser un paradigma de rigor histórico desde la óptica actual, no es menos cierto que su riqueza en anécdotas y detalles muchas veces escabrosos, su valor como paradigma del buen o un mal gobierno y su propia amenidad como lectura hacen de esta obra de Suetonio (ca. 70-140/160) un texto interesante, útil y frecuentado hasta nuestros días.
“A estas criaturas las entiendo y asumo como santos. Gentes llagadas, sufrientes, vitales y extravagantes. Vivieron (algunos lo hacen) al límite de las convenciones. Deflagran las costumbres respetables. Poetas, novelistas, actrices, músicos, cantaores, forajidos de la normalidad, paseantes de infiernos sucesivos, de paraísos artificiales, de realidades estropeadas. Su atractivo es múltiple y dinamitero. Algunos de ellos ayudaron a hacer Historia y otros son necesarios para completarla. Sus semblanzas forman una familia singular, casi una novela de existencias dispuestas como un gran incendio. Como un bosque de creadores que arden y sufren y se divierten y aceptan el riesgo como único dios verdadero.”