Andy Warhol fue uno de los grandes creadores del siglo XX. También fue artífice de un personaje fascinante, excéntrico y refulgente. Una quimera viviente que brillaba por igual entre intelectuales, travestis, drogadictos, ultrarricos y superestrellas, manteniendo su pasado en un borroso recuerdo impenetrable.
Aun así, hubo personas que conocieron la cara oculta de Warhol, rodeada de miedos e inseguridades cosechados durante la infancia. En este libro, Jean-Noël Liaut recurre a las confesiones más íntimas del entorno warholiano —John Richardson, Stuart Preston, Lee Radziwill, Pierre Bergé, Ultra Violet, etc.; muchas de ellas inéditas—, para pintar un retrato lleno de matices y reminiscencias, alejado de los frecuentes esfuerzos por mitificar la figura del artista. Episodios totalmente desconocidos que indagan en sus comienzos y sus desgracias, su talento y su habilidad, sus visiones proféticas y su sentido del marketing, y que el autor desvela por primera vez tras treinta años de investigación.
Una biografía trepidante y adictiva, que cuenta la vida de un zorro astuto y curioso —en palabras del autor— que olisqueaba en busca de la dirección del viento y que comprendió su época mejor que nadie.
La primera novela gráfica sobre la increíble vida de Andy Warhol, el gran artista pop.
¿Quién fue Andy Warhol?
¿Cuál fue su verdadera historia?
¿Dónde y cómo comenzó su carrera artística?
Desde Pittsburgh, donde creció, hasta Nueva York, donde vivió y conquistó el mundo creativo, esta obra única descubre al joven, ya peculiar desde niño, obsesionado por los cómics.
Narrada a través de esta extraordinaria y original biografía gráfica, esta historia explora la vida y la obra de Andy Warhol y la forma incansable con la que creció como artista hasta convertirse en un gigante del arte moderno.
Este libro fue escrito en ayuno y oración, con el propósito de bendecir tu vida, tu ministerio, tu familia, en cada página que leas de este libro, encontrarás una anécdota que bendicen tu vida. Eres un ser bendecido por Dios, encontrarás en cada anécdota aquí plasmada una palabra de fortaleza, de esperanza para ti y tu familia. Recuerda que tu bendición no está en la boca del hombre, sino en la mano de Dios, ya que: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». Mateo 4:4
«La historia del alma es la historia de la idea que el hombre tiene de sí mismo frente a la muerte. Desde los primeros humanos que descubrieron los ciclos de la naturaleza hasta los últimos, quienes vislumbrarán la vida terrestre fuera del planeta, pasando por los hombres de las pirámides, del ágora, del foro, de la iglesia, hasta llegar al hombre del supermercado planetario, es la odisea que me propongo relatar. Del alma inmaterial al alma digital, todo converge hacia la posibilidad de un posthumano inaugural de lo inhumano. Este futuro es ya nuestro presente.» Michel Onfray
Un profundo desamparo existencial se extiende y consolida preocupantemente en todo el globo. Diana Aurenque Stephan atribuye dicha orfandad al olvido del animal ancestral que somos, al desconocimiento de su racionalidad ancestral y de los modos en los que esta articula la organización social y la convivencia política.
A partir de este diagnóstico, la autora nos plantea formas de relacionarnos comunitariamente más sanas, menos nerviosas y ansiosas, que nos conduzcan hacia una política de mayor amparo. ¿Cómo logramos acercarnos siendo tan distintos y distantes? ¿Cómo anclarnos sensatamente en un nosotros? ¿cómo desarrollar la individualidad resguardando la pluralidad? ¿cómo pensar una comunidad amplia que ampare sin que oprima?
A partir de estas preguntas, la filósofa propone una terapéutica psicopolítica y filosófica original, que piense en el rol político de los ancestros, del mito, de la música y de la voz, del nihilismo, entre otros, para imaginar un nuevo amparo. Uno que nos cure –con algo de magia- del desarraigo del sujeto y su logos huérfano, para así anclarnos de nuevo –o por primera vez– a una tierra de pasado, presente y futuro común de animales ancestrales.
En un planeta en el que la evolución ha sido posible en gran parte gracias a la cooperación, los seres humanos combaten y se exterminan desde hace milenios por, parafraseando a Carl Sagan, «convertirse en amos momentáneos de una pequeña fracción de un pequeño y pálido punto azul no más grande que una mota de polvo suspendida en un rayo de sol».
Cada guerra, cada batalla, cada pequeña escaramuza armada, cada uno de estos sinsentidos ha provocado la muerte de millones de víctimas: soldados y civiles inocentes, sí, pero también la de millones de animales que han sido forzados a tomar parte en un conflicto que no era el suyo. Infinidad de muertes que para la historia han pasado completamente desapercibidas: cerdos en llamas, elefantes de combate, palomas espías y mensajeras, perros kamikazes cargados de explosivos, caballos, delfines detectores de minas y explosivos, mascotas amigas en el frente…
«Animales de combate» es un recorrido histórico del crucial papel que los animales han tenido en la historia militar a lo largo de los siglos, así como un pequeño homenaje a todos aquellos que perdieron la vida por las desmedidas ansias de poder y codicia del animal humano, que tantas veces ha arrasado todo a su paso.
Oxford, 1 de mayo de 1956. En la solemnidad de la Biblioteca Bodleiana, el claustro de la universidad se ha reunido para decidir si se le concede un honoris causa al expresidente de los Estados Unidos Harry S. Truman. Una de las personas presentes, la filósofa Elizabeth Anscombe, se opone con vehemencia, poque considera que este reconocimiento no debe concederse a quien, al ordenar el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, fue culpable de la muerte de miles de inocentes.
En unos tiempos en que la filosofía había virado hacia los métodos analíticos y científicos del positivismo lógico, ella y sus colegas y amigas en Oxford Philippa Foot, Iris Murdoch y Mary Midgley, bajo el impacto de la Segunda Guerra Mundial, consideraron que la filosofía debía afrontar de nuevo las grandes preguntas éticas: ¿qué es moralmente correcto? ¿Qué principios morales deberíamos seguir? ¿Existe un criterio objetivo de moralidad?
Este libro reconstruye la peripecia vital e intelectual de estas cuatro mujeres que dejaron su huella en la filosofía, en unos tiempos en que esta disciplina estaba dominada por los hombres.
Las lecturas convencionales de la Antigüedad enfrentan a Atenas con Jerusalén, donde Atenas representa la «razón» y Jerusalén la «fe». Sin embargo, como nos recuerda Susan Buck-Morss, los estudios más recientes han eliminado esta separación. Nombrar el primer siglo como un punto cero –«año uno»– que divide el tiempo en antes y después es igualmente arbitrario, nada más que una conveniencia que carece de sentido empírico. En Año 1, Buck-Morss libera el primer siglo para que pueda hablarnos de otra manera, reclamándolo como terreno común y no como origen de diferencias profundamente arraigadas.
Buck-Morss se propone derribar varias premisas conceptuales que han dado forma a la modernidad como episteme y nos han conducido a algunos impases posmodernos poco útiles. Se acerca al siglo I a través de los escritos de tres pensadores a menudo marginados en el discurso actual: Flavio Josefo, historiador de la Guerra de Judea; el filósofo neoplatónico Filón de Alejandría; y Juan de Patmos, autor del Apocalipsis, el último libro de la Biblia cristiana. También aparecen Antígona y John Coltrane, Platón y Bulwer-Lytton, al-Farabi y Jean Anouilh, Nicolás de Cusa y Zora Neale Hurston, por no hablar de Descartes, Kant, Hegel, Kristeva y Derrida.