El mundo en el que hemos vivido los últimos cuarenta años ha dejado de tener sentido. La desaparición de la política tradicional, la decadencia de las ideologías y el auge de los populismos han dado lugar a un entorno distinto que ha llegado para quedarse. Los procesos migratorios, la integración cultural, los cambios geopolíticos actuales o la revolución tecnológica que estamos experimentando constituyen algunos de sus rasgos principales.
Sin embargo, este nuevo mundo, aunque no está exento de riesgos, amenazas y pérdidas, es al mismo tiempo un punto de partida fascinante, lleno de retos y estímulos. Si entendemos los cambios que nos esperan, podremos resolver los problemas de nuestra vida y encontrar soluciones que pasan por el pensamiento colectivo, una nueva participación de las personas en la política, la democracia digital directa o la humanística, la política vista desde el punto de vista del ser humano. Un proceso que, si queremos tener éxito, deberemos emprender juntos.
Este libro, escrito por dos expertos en estrategia política, es la mejor guía para enfrentar el nuevo mundo que viene y salir victorioso.
GØTSZCHE ha escrito un libro sencillo, para todo el mundo, con el objeto de prevenir que los pacientes seamos víctimas de un mundo hipermedicalizado.
Un ensayo sencillo y serio sobre lo que la ciencia sabe, y sobre las trampas que la industria mundial de la medicina tiende por igual a médicos y pacientes.
La salud es una cosa muy seria, nos va la vida en ella, necesitamos que sea eficaz y cure nuestras dolencias. Pero es también uno de los negocios mundiales más grandes. Los conflictos de interés impiden a los médicos hacer bien su trabajo. El dinero de la industria farmacéutica engaña, secuestra y domina todo el espectro de la sanidad. Los médicos no tienen cursos de formación que no sean financiados por la industria. Y el que lo paga todo es el paciente, que no sabe a qué atenerse. Y lo paga a veces con la vida: los medicamentos ya son en el mundo occidental la tercera causa de muerte, tras las enfermedades coronarias y los cánceres.
Este libro es para esos pacientes que quieren estar informados antes de ir a la visita médica. Y para los médicos que quieran quitarse la venda y decir "no, gracias", a los laboratorios y sus tramposas ofertas de viajes y cursos.
En cualquier campaña electoral, solo uno triunfa. El resto no llega a la meta. Y seguramente todos han puesto lo mejor de sí; se han esforzado, han invertido, han soñado, han trabajado. Pero es inevitable: todos pierden menos uno. Y perder duele. Duele mucho. La derrota es la escena más temida por los candidatos y sus equipos de campaña. ¿Dónde perdimos? La pregunta salta de inmediato. ¿En los medios de comunicación? ¿En alguna ciudad o distrito importante? ¿En algún segmento clave de la población? ¿En el contacto persona a persona? ¿En las redes sociales? ¿En la calle? No. Perdimos en el cerebro del votante.
Como en el mito del Minotauro, la mente del votante es un oscuro laberinto. Los mensajes políticos se extravían dentro de ese laberinto. Las campañas más efectivas serán aquellas que logren que su mensaje perviva y encuentre la salida hacia la urna electoral. El camino va del cerebro que siente, analiza y decide a la mano que deposita la hoja de votación. ¿Qué debe hacer una campaña electoral para lograrlo? Debe darle señales al cerebro del votante. Señales que lo guíen hacia el voto. Son básicamente siete los carteles luminosos que la campaña debe encender dentro del cerebro del elector. Este libro analiza cada uno de ellos. Colocar y prender en la mente del votante estos carteles no es una mera suma de acciones sino una estructura, un sistema de trabajo, un modo preciso de ordenar una campaña electoral. En este esquema, la psicología política es el hilo de Ariadna.