«Hablar de extrarradio y de periferia significa hablar de clase obrera, de bloques de ladrillo y hormigón, de toldos verdes comidos por el sol, de pisos sin ascensor y de cierto porcentaje considerable de población migrante en edad de trabajar. Aunque se conocen como barrios de clase trabajadora, también los habitan muchas personas sin empleo que se arriesgan a perder una muela por no poder empastarla».
Mientras que la literatura obrerista se ha encargado de romantizar el mono azul de trabajo y la academia feminista aboga por romper techos de cristal, las condiciones de quienes se encargan de lavar los primeros y barrer los segundos han quedado totalmente descuidadas y olvidadas. Cargadas de razones y muy cansadas de cuidar para que otras concilien, un centenar de Hijas del hormigón le han contado a la politóloga Aida dos Santos su día a día, porque la precariedad y las privaciones no siempre las recoge la estadística. Ahí donde leas «Esto a mí también me pasa» y asientas en silencio estará la prueba de que lo que te atraviesa a ti, nos limita a todas.
Hijas del miedo es un libro escrito por juezas en el que se recopilan relatos reales de mujeres víctimas de violencia de genero. Las protagonistas comparten cómo se sienten al enfrentarse a las agresiones y el temor de que la justicia no les crea ni actúe para protegerlas. A traves de los relatos, las expertas denuncian la violencia contra las mujeres a nivel mundial y exigen políticas efectivas para su erradicación, visibilizando el sufrimiento y luchando por un cambio profundo en el sistema judicial y social.
Roberto Batista Fernández es una persona discreta, rasgo que no oculta la valentía de acercarse con honradez y limpieza a la figura del Padre. Para ello, con lealtad poco frecuente, revela una memoria construida desde lo que su padre representa para él: fue su refugio, su maestro, conoció de sus manos la ternura y el cuidado. Pero esto no le impide asomarse a una vida política, plural y compleja, iluminada por una primera imagen de estadista, aunque empañada por los sucesos del 10 de marzo de 1952. Roberto se pregunta: “Cómo es posible que un hijo pueda juzgar a su padre?” Pues bien, en este libro lo ha hecho. No se recuerda entre los hijos de otros controvertidos gobernantes, desasistidos ya de todo poder, alguno que haya asumido una actitud tan íntegra y decorosa, a la vez que desgarradora.
Aún sin quererlo y sin saberlo, y muy a nuestro pesar, nuestros padres, abuelos y antepasados nos han dejado en herencia duelos no resueltos, traumas no superados y todo tipo de secretos. Sin embargo, lo que se oculta a veces se expresa en el cuerpo a través de la somatización. El cuerpo del hijo, del nieto o incluso del bisnieto, sin importar su edad, se convierte entonces en el lenguaje del ancestro herido. Es por lo tanto necesario – para liberarse al fin de esa carga – descodificar y curar las heridas que no se cerraron.
La biografía de esta extraordinaria mujer escrita por Christian Feldmann, llevada a cabo con un buen conocimiento histórico y estilo palpitante, se atreve a mirar hacia el lejano siglo XII haciendo evidente la actualidad de esta figura. Llamó ave de rapiña al arzobispo de Colonia, predicó en los mercados ante las masas entusiasmadas como antes sólo se habían atrevido a hacer los herejes e incluso siendo una octogenaria supo plantar cara a las arbitrariedades de la jerarquía eclesiástica. Hildegarda de Bingen fue una de las figuras más fascinantes del s. XII. Muchas cosas que Hildegarda de Bingen hizo y escribió fueron inauditas para su época: mantuvo correspondencia con Papas, gobernantes, obispos, con los reyes y con mujeres que necesitaban su consejo. Hildegarda desempeñó numerosos oficios a la vez: era poetisa, naturalista, boticaria y dirigía simultáneamente dos abadías.
A principios del siglo xx, nuevos movimientos espirituales como la teosofía, difundida por Helena Blavatsky o Annie Besant, entre otras figuras, y la antroposofía de Rudolf Steiner, con su búsqueda de un lenguaje capaz de expresar una realidad metafísica, inspiraron no sólo a conocidos pioneros del arte abstracto, como Kandinsky, Mondrian o Malévich, sino también a ciertas mujeres solitarias, imbuidas de un rico mundo interior, como Georgiana Houghton o Hilma af Klint. La presente antología -basada en un seminario celebrado en el Museo Guggenheim de Nueva York en octubre del 2018- examina en detalle este sugestivo fenómeno cultural a través de la fascinante figura de Hilma af Klint, cuya obra pictórica ha acaparado un asombroso interés internacional más de cien años después de su creación.
Una historia mundial de la costura, el bordado y las personas que han utilizado aguja e hilo para hacer oír su voz. En la Argentina de la década de 1970, las madres marchaban con pañuelos en la cabeza bordados con los nombres de sus hijos «desaparecidos». En la Inglaterra de los Tudor, cuando María, reina de Escocia, estaba bajo arresto domiciliario, sus bordados llevaban mensajes al mundo exterior. Desde la propaganda política del tapiz de Bayeux, los soldados de la Primera Guerra Mundial lidiando con el trastorno de estrés postraumático y los mapas cosidos por colegialas en el Nuevo Mundo, hasta la colcha sobre el sida, las historias tejidas de los hmong y los sombreros rosas con orejas de gata de las marchas feministas, mujeres y hombres han utilizado el lenguaje de la costura para hacer oír su voz, incluso en las circunstancias más desesperadas. Hilos de vida es una crónica de identidad, protesta, memoria, poder y política contada a través de la costura. Hunter teje su propia narrativa mientras nos lleva a lo largo de siglos y a través de continentes (desde la Francia medieval hasta el México y los Estados Unidos contemporáneos, y desde un campo de prisioneros de guerra en Singapur hasta un ático familiar en Escocia) para celebrar la belleza y el poder milenario, universal y poco explorado de la costura. Un libro evocador y conmovedor sobre la necesidad que tenemos de contar nuestra historia.
Erika Fatland nos conduce en esta obra a las alturas vertiginosas del legendario Himalaya, la vasta cordillera que serpentea a través de cinco países en los que el islam, el budismo y el hinduismo se mezclan con ancestrales creencias chamánicas. Innumerables lenguas y culturas muy distintas entre sí cohabitan en los recónditos valles del llamado techo del mundo.
Cómo la cultura woke nos empobrece intelectualmente y amenaza la democracia
Cada vez son más las voces que se alzan contra la insaciable tiranía de la corrección política. David Mamet, uno de los autores más importantes de las últimas décadas en Estados Unidos, expresa en estas páginas su hartazgo con la pendiente resbaladiza de la cultura de la cancelación y con la asfixiante atmósfera del neopuritanismo.
En Himno de retirada, el dramaturgo critica, se burla y disecciona el virus de la ideología de género, la Racial Theory y el resto de ideas que plantean una amenaza existencial para Occidente. En esta recopilación de ensayos, Mamet proclama un canto fúnebre por el librepensador en un momento en que las universidades, los medios y la política se han infestado de este moralismo pacato e intransigente.
En estas páginas se examina el descenso de Estado Unidos a los infiernos de la barbarie en los últimos años, auspiciado por la censura de la libertad de expresión en pos de evitar la ofensa a colectivos minoritarios. Mamet advierte de que la proliferación de literatura moralizante y adoctrinadora está creando entre las nuevas generaciones una mentalidad dogmática que impide asumir el carácter disruptivo, provocador, conflictivo e incómodo que ha caracterizado a la producción cultural bajo la civilización occidental.
La cultura de nuestro tiempo ha consagrado la idea de que la moralidad de las personas está determinada por su condición étnica, sexual o socioeconómica, en lugar de por sus elecciones éticas. Por eso, esta apelación irónica, melancólica y mordaz a enfrentarnos al matonismo cultural es un soplo de libertad en una época en la que el emotivismo está destruyendo la posibilidad del debate racional.