La meditación soleada es una visión y un modo de estar en el mundo. Parte de la idea de que el cosmos es una mente extendida y la materia una experiencia mental. La mente no es aquí el cerebro, sino la experiencia de la percepción, la memoria, el deseo y el lenguaje. Estos son los cuatro componentes del mundo para el empirista radical. Toda su indagación se inicia ahora, cuando percibe, recuerda y desea, mediante un lenguaje heredado que le ayuda a entender su identidad. El empirismo radical se distancia de cualquier tipo de genealogía o explicación sobre las causas que nos han traído hasta aquí (big-bangs, neolíticos, karmas o ADNs). Acepta el hecho de que somos una flecha en movimiento y trata de dilucidar adónde nos dirigimos. La meditación soleada es cultura mental. Modos y estrategias de orientarse en la mente del mundo y navegar en ella. Este libro es una metafísica de bolsillo. Síntesis de años de investigación en la que concurren los presocráticos, la fenomenología, el sufismo, el budismo, el vedanta y la filosofía de la ciencia, y que permiten ciertas intuiciones: - La percepción es una fuerza que nos atraviesa. Cuando percibimos, es otro el que percibe a través nuestro. Ese otro es el origen. Cuando estamos atentos a algo, cuando advertimos que percibimos, sintonizamos con el origen. La atención es un modo de viajar al origen. Así es como la conciencia original experimenta el mundo. - La obsesión por una vida interminable refleja nuestra incapacidad de vivir el presente. Lo eterno no es un asunto temporal. Lo eterno es un eje vertical que corta al tiempo horizontal. Lo convocamos cada vez que hacemos el origen presente. Lo eterno alienta en nosotros, es el ahora, no algo que sobrevendrá tras la muerte. - El Ser es experiencia pura. Una experiencia compartida con el origen.
AL terminar mi recorrido por las melancolías alemanas, publicado en El duelo de los ángeles (2004), se abrió ante mí un canal que comunicaba con otros territorios culturales. No resistí la tentación de continuar el viaje, aunque en forma entrecortada, por ese antiguo río negro que se interna en los territorios de la Modernidad. El resultado fue un conjunto de fragmentos que exploran ficciones e imaginaciones que emanan de la sociedad moderna cuando es inundada por humores sombríos y tristes.
Son una señal de que el mundo está entrando en una nueva época, dominada por un extraño capitalismo tardío cuyos signos apenas estamos comenzando a descifrar. A los filósofos con frecuencia les gusta reflexionar sobre la circunstancia que los envuelve. Quieren definir los parámetros de la época en que viven y para ello se apoyan en los estudios de aquellos sociólogos que también están interesados en explicar la mecánica oculta que mueve al mundo. Así, la sociedad actual ha sido definida como postmoderna o líquida. Muchos quieren entender el funcionamiento de la cultura actual y buscan darle un sentido al presente. ¿Qué significa vivir a comienzos del siglo XXI? ¿Dónde estamos? ¿Cómo se entiende nuestra época?
Descubre las maravillas de los sonidos que nos rodean.
Vivimos en un mundo de sonidos maravillosos y sugerentes: el crepitar de una hoguera o la primera gota de vino que cae en una copa son solo algunos ejemplos.
En La melodía del mundo, Caspar Henderson invita a los lectores a utilizar mejor sus oídos y sintonizar con el mundo. Guiado por la inigualable curiosidad de Henderson, el lector descubrirá la gran variedad de sonidos a nuestro alrededor, relacionados con las personas, otros seres vivos, el planeta y el espacio exterior. En esta aventura, nos seducirá la belleza de los sonidos cotidianos, como el zumbido de una abeja o las canciones que no podemos dejar de tararear, pero también los prodigiosos sonidos que quizá nunca tengamos la oportunidad de oír, como el profundo estallido de un volcán o la melodía serena de la aurora boreal.
Este delicioso volumen reúne sonidos del cosmos, del mundo natural, del mundo humano y del mundo inventado, y contiene tranquilos espacios de silencio, desde donde escuchar realmente los sonidos del mundo que nos rodea.
En unos tiempos como los actuales, de enorme polarización política, resulta inevitable hacernos una pregunta: ¿por qué no podemos llevarnos bien? Seamos de derechas o de izquierdas, demasiadas veces tenemos la sensación de que nuestro adversario, además de oponerse a nosotros, no entiende en absoluto nuestras posturas y ni siquiera lo intenta. Eso hace que las divisiones sociales se estén consolidando, el debate público se convierta en un griterío y que en su mayoría los ciudadanos crean que sólo ellos están en lo cierto. Muchas personas, guiadas por razones morales que en realidad no son fruto de la razón, sino de un tribalismo parcialmente innato, son incapaces de entender que tanto los progresistas como los conservadores o los liberales, los creyentes y los ateos, tienen parte de razón; el conicto moral les impide verlo. Recurriendo a las investigaciones más recientes en campos como la neurociencia, la genética, la psicología social o los procesos evolutivos, La mente de los justos explica por qué los ciudadanos de las sociedades modernas viven divididos por distintas visiones morales de la realidad que, en última instancia, se traducen en tribus políticas aparentemente insalvables. Y es, también, una receta racional y moderada para intentar superar ese enfrentamiento y aprender a cooperar.
Desde los antiguos himnos védicos hasta el sivaísmo de Cachemira, el pensamiento indio ha abierto numerosos caminos en la búsqueda de una mente diáfana, que facilite el libre tránsito de la conciencia. En el corazón de esta exploración nació una cultura mental tejida de hábitos como la meditación o el yoga, que permiten el acercamiento a las distintas dimensiones de un universo concebido como un organismo cuyo desarrollo corre en paralelo a la evolución espiritual de los seres que lo habitan. A través de su análisis, Juan Arnau nos ofrece las respuestas que las distintas escuelas filosóficas indias han dado sobre la esencia del ser y el camino hacia la liberación espiritual.
Hay una guerra contra la verdad. Si no la ganamos, la libertad será su víctima
El compromiso de Occidente con la libertad, la razón y el liberalismo nunca ha estado tan amenazado como ahora. El peligro procede de las opresivas fuerzas de la corrección política.
Gad Saad, científico del comportamiento evolutivo, expone las malas ideas —lo que él llama «ideas infecciosas»— que están acabando con el sentido común y el debate racional. Estas ideas, incubadas en las universidades y propagadas por la tiranía de la corrección política, están poniendo en riesgo nuestras libertades más básicas, entre ellas la libertad de expresión y de pensamiento.
El peligro es grave, pero, como demuestra Saad, el dogma de lo políticamente correcto está plagado de falacias lógicas. Contamos con armas poderosas para combatirlo, si encontramos la valentía para usarlas.
La mente parasitaria es un libro provocador, que nos urge a defender la razón y la libertad intelectual, y un grito de guerra por la preservación de nuestros derechos fundamentales. Porque, en ello, nos va nuestra libertad.
Estamos rodeados de noticias y datos falsos que en algunos casos no dejan de repetirse. Y, como sostiene Levitin, seguramente somos demasiado puntillosos cuando nos referimos a las falsedades. Quizá en un esfuerzo por mantener la concordia, hemos empezado a utilizar eufemismos para aludir a cosas absurdas: teorías marginales, medias verdades, verdades alternativas, hipérboles... Pero " la verdad sí importa. Una era de la posverdad es una era de irracionalidad deliberada, que se opone a todos los grandes avances de la humanidad (afirma el autor)... y la mejor defensa contra los embusteros taimados, la defensa más fiable, es que todos nosotros nos convirtamos en pensadores críticos " . Este libro nos proporciona herramientas y estrategias para valorar la información y ver que muchas cosas simplemente no son como se nos dice.
Mentimos hasta con el silencio. La mentira es la mejor expresión del desarrollo cognitivo del hombre.
No es mi interés hacer una apología a la mentira ni un panegírico a la verdad. La vida social es insostenible sin la mentira, como lo es la vida selvática sin las garras, sin dientes y sin caparazón. La sociedad no está preparada para sustentar su existencia solo en el imperio de la verdad. La lucha por la verdad no es una lucha por el apego y respeto a la realidad, sino que es una batalla por el poder, la sobrevivencia y el placer.
La capacidad humana más elevada no está en condiciones de representar la realidad con todas sus propiedades. El lenguaje no tiene como función principal solo describir la realidad, sino que también fabricarla. La palabra más allá del uso simbólico para la comunicación, es un instrumento para hacer catarsis...
Estamos, permanentemente, confundiendo el proceso simbólico para representar el mundo con las propias fantasías. Pero, para ser creíbles tenemos que creer en nuestras propias mentiras. La gran estrategia de la mentira está en mentir respecto a que mentimos.
Comúnmente investigamos para comprobar nuestras hipótesis, escasamente buscamos informaciones que refuten nuestras creencias. Pocos hombres aceptan sin regatear verdades alejadas de sus creencias.
El hombre prefiere una ilusión jocosa a una verdad molestosa. Las ilusiones son refugios mentales en donde nos escondemos de realidades amargas.
La mentira no es mala si se usa para el bien; la verdad no se puede defender cuando su propósito es destruir. La sinceridad Suele confundirse con la crueldad