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ALIENTO DE VIDA

Wanda rijo fue escogida y apartada por Dios como pastora para avanzar la obra del reino de Dios, afirmar, edificar, equipar y restaurar a cada individuo y familia hasta que Su gloria cubra la tierra. Es una mujer con un fuerte llamado a la intercesión y usada por el Espíritu Santo en el ministerio de liberación y sanidad interior, con un llamado profético y gran revelación de la Palabra de Dios. La cual a través de ella, quiere transmitir su pasión llevando una palabra de aliento a esta generación que provoque libertad a los cautivos y la renovación del entendimiento en aquellos que anhelan cambios en su vida.
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ALIGERE SU EQUIPAJE

¿Le conocen por las maletas que se echa a cuestas? Probablemente lo hizo esta mañana. En algún punto entre su primer paso y el último para cruzar el umbral, usted tomó quipaje. Fue hasta el dispensador de maletas y cargó unos cuantos bolsos. Pero este dispensador no es la correa transportadora del aeropuerto. Es la de la mente. Y las valijas que tomamos no son de cuero, sino de cargas. La maleta de la culpa. El baúl del descontento. La mochila de la ansiedad y un bolso de tristezas colgado del hombro. Añádase un maletín de perfeccionismos, el saco de la soledad y la bolsa de lona del temor. No es raro que estemos tan cansados al final del día. ¿Hacia dónde podemos volvernos en busca de ayuda? ¿Qué le parece si consultamos a un viejo amigo, el Salmo Veitnitrés?
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ALIGERE SU EQUIPAJE (BOL)

¿Le conocen por las maletas que se echa a cuestas? Es probable que lo hiciera esta mañana. En algún punto entre su primer paso y el último para cruzar el umbral, usted tomó equipaje. Fue hasta el dispensador de maletas y cargó unos cuantos bolsos. Pero este dispensador no es la cinta transportadora del aeropuerto. Es la de la mente. Y las valijas que tomamos no son de cuero, sino de cargas: Las maletas de la culpa, del descontento, de la ansiedad y de las tristezas. Añádase un ma­letín de perfeccionismo, el saco de la soledad y la bolsa de lona del temor. No es raro que estemos tan cansados al final del día. ¿Hacia dónde podemos volvernos en busca de ayuda? ¿Qué le parece si consultamos aun viejo amigo, el Salmo Veintitrés? Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte. No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de míen presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días. Con estos versos como guía, Max Lucado nos conduce a lo largo de un útil inventario de nuestras cargas. Nuestro deseo es que Dios use este salmo para recordarle que deje las cargas que nunca debió llevar. Max, Denalyn y sus tres hijas viven en San Antonio, Texas, donde pastorea la iglesia Oak Hills.
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