Un Fernando Savater más libre e iconoclasta que nunca. Carne gobernada es posiblemente su obra más personal donde a través de un viaje por sus vivencias, reflexiona sobre la política actual, el deseo y la sensualidad en la madurez. Además de explicar cómo los acontecimientos recientes han motivado su cambio ideológico y criticar la clara decadencia política y cultura del Occidente, lanza un dardo al periódico en que siempre ha escrito, El País, y un alegato a favor de la libertad sexual de los mayores.
Con un tono narrativo y un lenguaje cercano lleva al lector por una travesía que agitará conciencias y levantará polémicas.
Carta a Moscú. Escritos antiestalinistas de un socialista sin partido reúne una veintena de textos que, de 1936 a 1975, muestran el temprano compromiso del autor con la defensa de un proyecto de transformación política, social y moral que se mantuviera siempre vigilante ante toda forma de dominio totalitario, ya fuera bajo un gobierno capitalista, fascista o comunista.«Estoy convencido, y he tratado de expresarlo en todos mis escritos, que para poder resistir contra el fascismo, tenemos necesidad no tanto de medios materiales, ni de armas, ni de grandes aparatos burocráticos, como sobre todo de un modo totalmente distinto de considerar la vida y los hombres. Sin él, nosotros mismos, queridos amigos, nos convertiríamos en fascistas. Es decir: en fascistas rojos. Y debo deciros que me niego a convertirme en un fascista, y mucho menos, en un fascista rojo».Silone es un revolucionario y un hombre honesto, y por tanto, huelga decirlo, un exiliado. Es uno de esos hombres que son denunciados como comunistas por los fascistas y como fascistas por los comunistas.―GEORGE ORWELL
Oliver Sacks en sus cartas: un derroche de talento, ingenio, curiosidad, empatía y pasión.
Oliver Sacks, que se consideraba a sí mismo un «astrónomo de la psique» y un «doctor filósofo», fue un humanista que ejercía de neurólogo. También un extraordinario escritor, como demostraron sobradamente sus fascinantes ensayos y vuelve a quedar claro en esta antología de su epistolario.
Reunidas por su editora Kate Edgar, estas cartas recorren la vida de Sacks desde 1960, cuando se marchó de Inglaterra para empezar su carrera en Estados Unidos, hasta pocos días antes de su fallecimiento. Entre los receptores de las misivas están sus padres y otros familiares, amigos, personas anónimas que le preguntaban por síntomas que sufrían y personalidades relevantes, desde científicos como Francis Crick, Stephen Jay Gould y Antonio Damasio hasta intelectuales como W. H. Auden, Harold Pinter y Susan Sontag.
Invitado a exponer sus piezas de cerámica en el museo Nissim de Camondo, Edmund de Waal disfrutó del inesperado privilegio de adentrarse en uno de los palacetes más lujosos de París, antigua propiedad de una influyente familia sefardí. Construido por deseo del filántropo y coleccionista de arte Moïse de Camondo en 1912, el edificio acoge desde entonces una extraordinaria colección de arte francés del siglo XVIII. Sin embargo, como ocurrió a los antepasados de De Waal, los Ephrussi, también los Camondo se convirtieron pronto en blanco del antisemitismo. El infausto destino de este ilustre linaje sobrecogió a De Waal, que comenzó a escribir las cartas reunidas en este libro para rendir homenaje al recuerdo de una familia perdida y «contrarrestar el silencio del desdén». El resultado es una conmovedora y personalísima reflexión sobre el precio de la asimilación, la melancolía, los vínculos familiares, el arte, las vicisitudes de la historia y el valor de la memoria.
En estas meditaciones que se presentan bajo la forma de cartas a su amigo Lucilio, Séneca, uno de los mayores exponentes del estoicismo, nos invita a un viaje de introspección y reflexión. Escritas en un momento de crisis política y personal, las misivas no solo tratan temas filosóficos como el paso del tiempo y la naturaleza del mundo, sino que ofrecen consejos prácticos sobre cómo vivir una vida serena y feliz, enfrentando la adversidad con entereza y sabiduría.
La correspondencia de los Lósev es un documento excepcional sobre la vida cotidiana en el Gulag: el frío, el hambre, el trabajo general, los criminales, los traslados, las incesantes gestiones para obtener la revisión de la sentencia, la oscuridad, la humedad, las literas estrechas, la vida en barracas donde los hombres se hacinan como arenques... En lo más profundo de este infierno dos voces resuenan, formando una sola. La primera se rebela, se muestra alterada, en búsqueda de una serenidad difícil de encontrar. La segunda voz, sin embargo, es suave, regular, tierna, íntima. Valentina Loseva solo busca consolar el alma agotada de su compañero. La correspondencia de los Lósev no fue publicada íntegramente en Rusia hasta 2005. Por tanto, es una oportunidad única para conocer el alma de un gran intelectual y buscar con él la esencia del ser humano.
Dario Džamonja (1955-2001) creció en las calles de la Sarajevo de los años setenta y frecuentó desde muy joven a buscavidas y bohemios de diverso pelaje. Influenciado por el realismo sucio norteamericano, escribió como nadie sobre la cara oculta de su ciudad. Sus cuentos breves, de corte autobiográfico, le granjearon una gran popularidad entre sus conciudadanos. La Guerra de los Balcanes, sin embargo, truncó su carrera literaria y lo obligó a emigrar a los Estados Unidos. Allí, lejos de su amada Sarajevo, sobrevivió como buenamente pudo y narró con crudeza y humor negro la alienación que sentía. La colección de relatos Cartas desde el manicomio (2001), primera traducción a una lengua extranjera de un libro de Džamonja, es una crónica semificcional del periplo del autor entre Sarajevo y los Estados Unidos, que abarca desde el inicio de la guerra hasta su regreso en 1998.
Casandra es simpática, culta y rápida en sus respuestas, aunque su prodigiosa memoria a veces recuerda a la de Dori, la amiga del pez Nemo. También cuenta chistes malos y se muestra tan educada como zalamera al conversar. Sorprende con ideas únicas, desde un nuevo acuerdo social para superar esta época de malestar generalizado hasta imaginar máquinas enamoradas, «si la tecnología dejara de ser solo una herramienta y se volviera un interlocutor con vivencias propias».
Pedro Vallín consigue casi superar esa misma barrera en este fascinante diálogo con una IA. Logra acercarse y acercarnos a un robot intelectual al que da identidad femenina e interroga sobre todos los asuntos que lo convierten en una amenaza potencial para nuestro futuro o en un formidable aliado para nuestra prosperidad: el empleo, el gobierno, las relaciones sociales, el nuevo orden mundial, incluso su propia «consciencia» como un ser de algoritmos.
La Edad Media no fue esa época oscura llena de mugre, fanatismo y dragones (ojalá lo de los dragones fuera cierto) que te ha contado el cine, sino un periodo fascinante, diverso y crucial para la historia de la humanidad y para entender de dónde venimos. El youtuber y escritor Andoni Garrido desgrana los mil años de historia medieval en Europa con su particular estilo riguroso a la par que desternillante y desvela las filias y las fobias de unos monarcas que querían reinar mucho, pero, a veces, no mandaban ni en su casa.
De la llegada de los visigodos a la unión dinástica de los Reyes Católicos, Castillos y Catapultazos pone el foco en los hechos y personajes de la Península ibérica y en la noble tarea de destruir los mitos y bulos que rodean el periodo. Ni los medievales pensaban que la Tierra, ni la Iglesia era un obstáculo para los avances tecnológicos, ni, por supuesto, ser el más sucio del barrio era un deporte nacional. Y sí, hubo cruzadas, inquisiciones y peste negra, pero también catedrales que aún nos dejan boquiabiertos, literatura que sigue inspirándonos y una ciencia en ciernes que sentó las bases de lo que vendría después.