En octubre de 1936 Samuel L. Shneiderman llega a España como corresponsal de guerra de dos publicaciones, una en yidis, Hajnt, y otra en polaco, Nasz Przegląd. Durante un año va a recorrer buena parte de España informando sobre el desarrollo de la contienda y entrevistando a personalidades de la República Española, pero, sobre todo, fijará su mirada en la vida de la gente normal atrapada por el brutal conflicto, en sus miedos, cansancio y preocupaciones.
Shneiderman es considerado el primer corresponsal de guerra judío. Sus reportajes de la guerra civil española, escritos en yidis, llegaban a cientos de miles de lectores judíos a lo largo y ancho de Europa y América, convirtiéndose así en una de sus principales fuentes de información sobre unos acontecimientos que la comunidad judía seguía con vivo interés.
Hasta ahora, nadie fuera de los círculos oficiales ha sabido con exactitud qué sucedería si un estado rebelde lanzara una cabeza nuclear contra el Pentágono. Segundo a segundo y minuto a minuto, estos son los acontecimientos, acciones y protocolos reales que coreografían el fin de la civilización.
Las decisiones que afectan a miles de millones de vidas deben tomarse en seis minutos a partir de información incompleta y parcial, y a sabiendas de que, una vez se ejecuten, nada es capaz de detener la destrucción. A partir de docenas de entrevistas con expertos militares y civiles que han construido estas armas, que han formado parte de la creación de los planes de respuesta y que deben asumir la responsabilidad de las decisiones cruciales, la finalista del Premio Pulitzer Annie Jacobsen logra el más fidedigno y escalofriante relato de las consecuencias definitivas de una Guerra nuclear.
Un ensayo necesario de un abogado referente en justicia universal sobre sobre los conflictos armados como medio para zanjar diferencias.
Con un estilo ameno y personal, Luis Moreno Ocampo utiliza su experiencia nacional e internacional única e irrepetible para darle sentido a la información fragmentada que recibimos cada día sobre la guerra y la justicia.
Durante cinco mil años la humanidad ha recurrido a la guerra para resolver los conflictos entre comunidades. La paz era el tiempo entre guerra y guerra. Desde 1648 los diplomáticos intentan lograr una paz permanente mediante acuerdos; la guerra de agresión fue prohibida en 1928 y las armas nucleares han hecho incompatible la guerra con la supervivencia de nuestra especie. Fortnite, un videojuego donde triunfa el que mata a todos los demás y, por diseño, se queda solo, es una metáfora de nuestro posible futuro.
Con la puesta en funcionamiento de la Corte Penal Internacional la humanidad se ha propuesto reemplazar la guerra por la justicia. De manera casi imperceptible, el viejo orden global está dando paso a uno nuevo basado en redes que siguen los mismos principios y conectan ciudadanos, Estados y otras instituciones. Es un cambio lento, lleno de contradicciones, tan difícil como hacer girar en U un barco enorme en alta mar.
Analizando los conflictos en Afganistán, Irak, Ucrania, Armenia, Israel y Palestina, el libro explica que la arquitectura legal es casi invisible, no tiene colores, no genera pasiones, pero es una cuestión de vida o muerte. La guerra produce venganza, la justicia la evita. ¿Guerra o justicia?