Este libro no es solo una completa biografía de Julio César, sino también una crónica de la decadencia y la caída del sistema republicano en Roma. En esta transición hacia el imperio, César desempeñó una función esencial. Su figura es ineludible para comprender la evolución de los problemas políticos y económicos a los que se enfrentaba la Roma de su tiempo y las profundas divisiones sociales derivadas de ellos.
Julio César ha sido visto de muchas formas: como un simple oportunista, como un déspota hambriento de poder, como un aristócrata arrogante, como un político tradicional de la nobleza romana que se precipitó hacia la guerra civil y la autocracia debido a la incomprensión de sus rivales; incluso, como el hombre ideal que reunía todas las virtudes. En esta obra, Richard Billows analiza todas estas facetas y recurre a las fuentes antiguas para obsequiarnos con un retrato lúcido, fiel y lleno de matices de uno de los personajes más célebres de la historia occidental.
En la noche que cumplía veinte años, un accidente de coche en una carretera de Madrid cambió para siempre la vida de un joven lleno de sueños. Aquel muchacho, inmóvil durante más de un año y medio en una cama de hospital, se abrazó a una guitarra como única válvula de escape. Desde su cama, sin saberlo, Julio Iglesias construiría una de las historias de conquista global más fascinantes del siglo XX.
La vida de Julio Iglesias es mucho más que una colección de efemérides y cifras, es una historia de superación, amor, fama, éxito y redención. Su carrera no es solo el relato de su inigualable triunfo y reinvención, es también la crónica sociocultural de todo un país a lo largo de más de setenta años.
En 2019 se cumplen 50 años del debut discográfico de Julio Iglesias. Recabando datos de su trayectoria personal y profesional, Óscar García Blesa reúne todas las piezas de un puzle vital, un repaso por las luces y las sombras de su historia, una vida intensa como la letra de muchas de sus canciones. Julio es la crónica emocional, cultural y sentimental de un artista único que nunca ha abandonado los escenarios y que no tiene intención de hacerlo mientras viva.
En 1839 los rumores sobre unas extraordinarias ruinas de piedra enterradas en las selvas de Centroamérica llegaron a oídos de dos de los exploradores más intrépidos del mundo.
Cautivados por las noticias, el diplomático norteamericano John Lloyd Stephens y el artista británico Frederick Catherwood —ambos ya conocidos por sus aventuras en Egipto, Tierra Santa, Grecia y Roma— zarparon del puerto de Nueva York en una expedición a las inhóspitas selvas de los territorios actuales de Honduras, Guatemala y México.
Lo que descubrieron cambiaría drásticamente el entendimiento de Occidente respecto a la historia humana.