El derecho de reunión protege la expresión colectiva de opiniones, el intercambio o exposición de ideas, la defensa de intereses, el dar a conocer públicamente problemas, reivindicaciones o protestas. Y a esta delimitación conceptual, la Constitución aúna una serie de facultades de actuación a su titular: la libertad para elegir el contenido de las ideas que se pueden comunicar, sin que los poderes públicos puedan someterlas a controles de oportunidad política; el lugar donde se puede llevar a cabo la protesta o comunicación de ideas, por lo que solo excepcionalmente podrá prohibirse la celebración de una reunión o modificar su recorrido; y el cómo o a través de qué instrumentos se pueden realizar aquellas, porque una “reunión pacífica” –lo que exige la Constitución– no es una “reunión beatífica”. Una reunión sigue siendo pacífica aunque en su curso se produzcan conductas que incomoden u ofendan a personas opuestas a las demandas o reivindicaciones que la reunión promueve, incluso conductas que deliberadamente impidan u obstruyan las actividades de terceros; es decir, actuaciones de resistencia pacífica como bloqueos, cortes de carreteras o sentadas. Por todo ello, el derecho de reunión, entrelazado con la libertad de expresión y como cauce del principio democrático participativo, cumple la función de ser uno de los ejes vertebradores del Estado social y democrático de derecho.
La paz en la comunidad internacional es para Hans Kelsen una meta alcanzable por medio del derecho. Para lograr ese ansiado fin resulta fundamental limitar drásticamente las posibilidades del uso ilegítimo, pero también legítimo, de la guerra, o mejor aún, sustituir definitivamente ese instrumento primitivo de resolución de conflictos por una jurisdicción internacional capaz de hacer hablar el lenguaje del derecho frente al lenguaje de la fuerza.
La cultura moderna es extensa y sofisticada, gigante en sus conocimientos y fuerte en su antropología, y muestra una sorprendente adaptabilidad y apertura para absorber, aclarar y unir. Sin embargo, en la actualidad se presenta a menudo separada de la fe que le dio vida, y sin la cual no es posible sobrevivir: se vuelve así frágil, cada vez más incapaz de adaptarse y unir.En la práctica, muchos aspectos de la cultura y de la vida pública sufren de racionalismo, individualismo, desigualdad, discordia e ingratitud. Tratamos de vivir aislados de nuestros semejantes, incapaces de reconocer el mundo y la vida que disfrutamos como regalos de Dios. El autor muestra cómo la cultura desafía a la fe, exigiendo de ella respuestas razonables; y cómo la fe desafía a la cultura actual, denunciando su fragilidad y planteando a su vez nuevas e interesantes preguntas.
En este libro que es el primero que lanzo hablo de varios mensajes, inspirado por Dios. Estos fueron escritos en diferentes momentos y situaciones vividas y aprendidas. Tanto en lo personal como en mi entorno. En el desahogo procesos de dolor que pase y que con nadie podía hablar solo escriba. Donde el discenimiento de Dios me daba respuestas y aprendizajes de cada situación vivida. También cosas que pasaban en mi alrededor donde el señor me enseñaba cosas nuevas y a verlas con los ojos de la fe y a la vez podía enseñar a los demás. Estos mensajes tienen como finalidad traer aliento a tu corazón trasmitiendo: esperanza, fe, sabiduría, conocimiento, fortaleza, consejo, prudencia, motivación y desarrollo a tu vida. Finalmente, el Libro reflexivo, Desahogo del Corazón Volumen |, busca también con lo aprendido encaminarte con más claridad hacia lograr el propósito de tu vida. AMARILYS TORRES BÁEZ
Incluso en las zonas más desoladas de las ciudades estadounidenses, los desahucios solían ser acontecimientos raros. Hoy en día, sin embargo, las familias pobres se ven obligadas a invertir más de la mitad de sus ingresos en el alquiler de sus viviendas, y el desahucio se ha convertido en algo cotidiano, especialmente en el caso de las madres solteras. De los barrios marginales a los refugios, de los juzgados a los guetos, Matthew Desmond pasó años registrando las historias de aquellos que luchan por sobrevivir y no se dan por vencidos.
A caballo entre la crónica, la investigación académica y la crítica filosófica, el profesor Gabriel Gatti, hijo de un desaparecido por la dictadura uruguaya, recorre el mundo –la frontera sur de Europa en busca de los indocumentados que viajan en patera; las dos fronteras mexicanas, de Tijuana a Tapachula, donde se atestigua el maltrato a los migrantes; las cunetas de la guerra civil española y las clínicas donde se robaron niños en el tardofranquismo; las ciudades perdidas que generan las grandes capitales latinoamericanas– para atestiguar, documentar y comprender que el horror que dio nombre al fenómeno de los desaparecidos, por obra y gracia de las dictaduras sudamericanas, sigue actuando en el mundo actual. Este libro es un grito de denuncia y, al mismo tiempo, un mapa para entender el dolor de los sin nombre, los expulsados, los borrados, los invisibles y los vulnerables de nuestro tiempo.
Este libro trata de la vida y la época de un genio, René Descartes, un hombre orgulloso, reservado, a veces solitario y con frecuencia puntilloso, que ha tenido un gran impacto en la historia intelectual del mundo occidental. El alcance de ese impacto puede medirse por el hecho de que sus escritos no han dejado de publicarse durante cuatro siglos y siguen estando en las listas de lectura de casi todas las universidades del mundo.
Ningún libro que trate de Descartes podría omitir la importancia de su contribución al desarrollo del pensamiento moderno. La indico en los lugares oportunos. Pero mi propósito principal es contar lo que se sabe de la vida de Descartes y situar su vida en su tumultuosa época, algo que las biografías anteriores han descuidado, con el resultado de perder lo que tal vez sea un aspecto significativo de la historia personal de Descartes. Insisto en decir "tal vez", pues mis sugerencias no van más allá de una suposición. Explorar esa suposición ha hecho que escribir sobre Descartes parezca una aventura detectivesca, añadida a la iluminación y el placer que procura. Como estas observaciones dan a entender, éste no es un volumen para especialistas sino un libro para el lector común.