Este libro es un símbolo de la cultura y las civilizaciones: en él conviven una multitud de historias para contarnos cómo ha evolucionado la humanidad, y lo hace centrándose en cincuenta obras cuya influencia ha sido clave a la hora de moldear percepciones y realidades, desde El príncipe de Nicolás Maquiavelo o El Quijote de Miguel de Cervantes hasta Breve historia del tiempo de Stephen Hawking o El segundo sexo de Simone de Beauvoir.
Este ensayo se convierte así en un asombroso viaje a través de distintos hitos históricos y literarios al tiempo que desgrana innumerables anécdotas y curiosidades fascinantes, como el hallazgo de las tablillas del Poema de Gilgamesh y cómo se llevaron a cabo su traducción y transcripción, o el análisis de la influencia de Homero en Shakespeare (e incluso en La guerra de las galaxias, según sugieren algunos).
LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD EN 515 MAPAS.
EL PRIMER ATLAS PARA LA ERA GLOBAL.
Desde Mesopotamia y el Antiguo Egipto hasta el actual ascenso de China y el cambio climático, cada mapa se sitúa en su contexto histórico global y está acompañado de textos breves que ofrecen una perspectiva nueva, actualizada y moderna del mundo.
El historiador Christian Grataloup se ha propuesto con este libro poner al alcance de los lectores un atlas histórico nuevo, uno ideado y pensado desde el siglo XXI, una obra que huye de la perspectiva eurocéntrica que ha impregnado a todos los anteriores y que nos brinda una lectura global y actualizada de la historia universal. Aquí, todas las culturas están representadas y se abordan temas a menudo obviados como el imperio comanche, los guetos de la Italia medieval o la génesis de Hungría. Además, se centra también en los retos del mundo moderno, desde la compleja red de cables submarinos que conecta todo el planeta a Internet hasta las migraciones en el siglo XX.
Puede que hoy sintamos más intensamente bajo nuestros pies el temblor de la destrucción de los monumentos. Movimientos como "Black Lives Matter", las justas reclamaciones de los descendientes de pueblos colonizados o las luchas por la memoria histórica tras las dictaduras del siglo XX han exigido reparaciones simbólicas que a menudo pasan por intervenir, retirar o demoler estatuas de personajes y acontecimientos heroificados por una sola versión de los hechos. Sin embargo, como nos invita a reconocer aquí Mauricio Tenorio, el subir y bajar de los monumentos es tan viejo como la propia historia. La auténtica novedad reside en el flamante monumento de nuestra era: el "selfie", la imagen que, gracias a la magia de las redes sociales, pretende congelar el gesto de destrucción como un acto monumental que rinde honores a la verdadera justicia y al definitivo progreso, y que ofrenda los escombros del presente en los altares de un futuro mejor, más ético y puro. Pero basta meter las manos en el barro del pasado para convencerse, con el autor, de que la historia no es sino una sucesión de infamias, y nada en ella nos indica que el porvenir tenga la capacidad de conjurar sus males. Frente al gesto reductor y estéril de la destrucción, Mauricio Tenorio propone buscar refugio en la ironía para alumbrar, con una buena dosis de autocrítica, la posibilidad de una relación con la historia que permita hacer cuentas con aquello que incomoda políticamente, mirándolo cara a cara. Repensando nuestros usos del discurso histórico y del espacio público, y, sobre todo, desmitificando sus poderes, tal vez podamos ofrecer a nuestra generación y a las que vengan algo más que ruinas.