«De joven fui de izquierdas, pero luego maduré» es la frase en la que Toni Cantó plasma la profunda desilusión de un verdadero converso. A través de un repaso de su propia biografía -su paso época como modelo profesional, la movida madrileña, su exitosa carrera de actor y presentador de televisión, sus inicios como diputado y su actual actividad en la política-, el autor analiza el camino vital e intelectual que lo ha llevado desde la izquierda a la derecha. El resultado es este libro, sincero y no menos polémico, con el que muchos se sentirán identificados, y que trata temas como la justificación de la violencia, la censura, la superioridad moral, el nacionalismo y la cursilería en política. Sin medias tintas, estas memorias son un verdadero aporte para la discusión y una defensa de los valores de la libertad.
«En mi habitación pegué un póster del Che Guevara. Y en el radiocasete ponía a Lluís Llach y cantaba los coros de L'estaca. Miraba mal a los curas y a las monjas. Hablaba de la sanidad cubana y del arte ruso sin conocerlos... El capitalismo era el infierno y Estados Unidos, el demonio; pero yo quería un walkman, el Levis de etiqueta roja y soñaba con visitar algún día Nueva York».
«Con el estado de ánimo de quien reconoce que la vida ha sido amable con uno y sabiendo que sería un desagradecido si no reconociera que, hasta ahora, los momentos placenteros han superado con creces a aquellos otros dominados por la amargura y la desesperación, me encuentro, con noventa años a las espaldas y en un siglo distinto a aquel en que nací, en condiciones de reflexionar sobre la persistencia de ciertas imágenes en la retina. Esas imágenes me han acompañado para recordarme que sí hay una respuesta a las grandes preguntas:¿De dónde vienes y adónde vas? Vengo de allí, de la guerra. Voy allá, hacia la muerte, y, entre medias, la vida de cada día».
Una voz combativa y franca, sin barreras, que habla de «la tierra que duele, el viento que llora cuando se muere de frío, la mera existencia cuando te deja de pertenecer».
De furia y miel, es el resultado de varios años de trabajo, con un ambicioso abanico temático que subyugará a los lectores, especialmente a las jóvenes que se reconocerán en su subjetividad más combativa, más fresca y desenfadada: sin cortapisas despliega un enfoque femenino de la realidad de los cuerpos, las rutinas del amor y del trabajo, la vida que nos enaltece o nos hunde según el tiempo que nos toca vivir. Aquí aborda desde su particular y intuitiva voz poética: «el dolor que me reconoció en mis peores noches, los intentos en los que fracasé y todas y cada una de las veces en las que se me cerraron las puertas y me dijeron que no».