¿Qué le diría Epicuro a Elon Musk? ¿Y Diógenes a una celebrity de Instagram? Es más, ¿qué te dirían los viejos filósofos a ti? Sí, a ti.
Eres más griego de lo que piensas, todo lo que te pasa les pasó antes a ellos, tus problemas son los mismos y sus recetas para la vida siguen estando vigentes, pero desgraciadamente las hemos olvidado o malinterpretado. Es hora de volver a ellos.
El escritor y aventurero Fabián C. Barrio ha recorrido el mundo en busca de respuestas y las ha encontrado en los filósofos de hace tres mil años, cuyo pensamiento logró modelar quienes somos hoy. Sus enseñanzas son la base de este libro ameno, socarrón e iconoclasta que quiere subsanar «la duda más roedora a la que se enfrenta el primate moderno: ¿cómo coño consigo estar bien?».
El colapso ecológico y el discurso que insiste con la catástrofe planetaria se han vuelto parte de nuestro sentido común. En esta antología, Eduardo Galeano propone una mirada alternativa, que es en realidad una constante en toda su obra, para acercarnos al mismo problema: nos recuerda nuestro vínculo insoslayable con la naturaleza, explora su riqueza y sus formas de resistencia, y hasta señala con alarma nuestra tenacidad urbana y moderna de creer que podemos prescindir de ella. En estas páginas, Galeano imagina un Juicio Final para los seres humanos, en el que un alto tribunal de bichos y plantas nos acusará de haber convertido el reino de este mundo en un desierto de piedra. No es tarde, dice también, para entender de una vez que nuestro planeta es nuestra única casa. Muy recientemente nos hemos enterado de que la naturaleza se cansa, como nosotros, sus hijos; y hemos sabido que, como nosotros, puede morir asesinada. La civilización que confunde los relojes con el tiempo, el crecimiento con el desarrollo y lo grandote con la grandeza también confunde la naturaleza con el paisaje, mientras el mundo, laberinto sin centro, se dedica a romper su propio cielo.
Uno y Distinto cuenta la historia de este sentirse propio y ajeno a la vez, desde sus figuras primeras, Daimon y Genius a través de su progresiva pérdida de sustancia y desaparición de la experiencia. Y busca también maneras de volver fecunda esa tensión para los problemas del día a día.