Cuando Felipe II encomendó en 1567 el gobierno de los Países Bajos a Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba, el experimentado militar, de sesenta años de edad, se puso en camino hacia Bruselas con un cometido claro: castigar a los rebeldes que se habían alzado contra el rey el año anterior, perseguir la herejía protestante y modernizar las finanzas del país. Alba tuvo que bregar con burgomaestres y abades díscolos, con una población que observaba con temor a los soldados españoles veteranos llegados con el duque, y con las incursiones de los mendigos del mar, piratas empleados por Guillermo de Orange, el principal líder de los rebeldes huidos al extranjero. El descontento de la población ante las políticas defensivas y fiscales del duque de Alba se agravó por una serie de catástrofes naturales en forma de inundaciones y malas cosechas, y desembocó en 1572 en la revuelta masiva de Flandes desencadenada por la conquista de la ciudad holandesa de Briel el 1 de abril de aquel año por los mendigos del mar. La rebelión se extendió con rapidez de norte a sur de los Países Bajos y enfrentó a Alba al mayor desafío con el que se había topado hasta ese momento.
En 1877, Henry Spencer Ashbee, famoso coleccionista inglés de ediciones de El Quijote pero también de obras eróticas en todos los idiomas, se refería a España como un «país desafortunado» en el campo de la producción erótica impresa. La erótica publicada en castellano y en catalán en los siglos XIX y XX, poco o nada presente en las grandes colecciones públicas europeas y muy poco en las colecciones privadas, sigue siendo la gran desconocida de las bibliografías y estudios especializados. Sin embargo, la producción erótico-pornográfica existió en España desde comienzos del siglo XIX y fue bastante más variada y extensa de lo que, por mero desconocimiento, se pensó en un primer momento tanto dentro como fuera del país. Diez años después de una primera tentativa publicada bajo el título de Un infierno español (Madrid, 2011), presentamos esta nueva versión, notablemente corregida y aumentada, de nuestra bibliografía erótica. Con este actualizado inventario de las publicaciones eróticas clandestinas españolas (casi quinientos títulos en sus diversas ediciones, consultadas directamente siempre que ha sido posible) queremos reconstruir lo que pudiera haber sido el «Infierno español», o al menos parte de él, de haberse conservado todas ellas en alguna biblioteca, como ha ocurrido en otros países.
La información inédita sobre la vida de Ernesto Guevara ha crecido enormemente: se han dado a conocer más documentos escritos por él, se han publicado una decena de libros y nuevos testimonios han enriquecido el anecdotario. A todo lo anterior se suman documentales, películas, ensayos, novelas, artículos periodísticos, y el testimonio gráfico de más de 400 fotografías, todo incorporado en esta nueva edición que, busca rehumanizar y remitificar al Che, sin duda el heraldo de la revolución latinoamericana.