UN ANÁLISIS AUDAZ SOBRE LA REGIÓN DONDE CONVERGEN LAS TENSIONES DE NUESTRO MUNDO.
El Gran Oriente Medio, la vasta región entre el Mediterráneo y China quecomprende gran parte del mundo árabe, así como otras partes del norte de África y de Asia, ha sido a lo largo de la historia la encrucijada de diversos imperios. Tras su disolución en el siglo xx, los estados poscoloniales han tratado de mantener la estabilidad frente a las luchas de poder entre facciones, los vacíos de liderazgo y las fronteras creadas arbitrariamente. En la actualidad, China está tratando de impulsar una nueva forma de imperialismo económico sobre la región. Como en el pasado, el Gran Oriente Medio será el escenario de futuras luchas entre grandes potencias.
En El telar del tiempo, Kaplan explora esa difícil zona del mundo para revelar cómo la historia influye profundamente en el presente y cómo las necesidades de mantener la estabilidad frente a la anarquía a menudo entran en conflicto con los ideales de gobernanza democrática. Para reconstruir la historia de ese enorme espacio y lo que sugiere para el futuro, Kaplan entrelaza textos clásicos, escritos de viajes y una gran variedad de voces de todos los países que llevan al lector a conocer la realidad sobre el terreno y a anteponerla a los ideales. El telar del tiempo es un libro provocador y clarividente que nos obliga a reconsiderar nuestra visión global del siglo XXI.
Al desarme estratégico de Occidente le ha precedido un desarme cultural. El ataque de Rusia a Ucrania nos ha cogido desprevenidos, ocupados en nuestra propia destrucción. Este libro puede ayudarte a entender el regreso de Trump a la Casa Blanca y el ascenso de la ultraderecha en Occidente, en lo que parece una oscilación del péndulo brutal que confirma los augurios más pesimistas del autor.
Por primera vez, es el propio imperio el que contribuye a su colapso. La reescritura de la historia, la corrección política y un antirracismo radical y revanchista, defendidos por el establishment cultural y económico, niegan los valores occidentales y defienden que sólo tenemos pecados que expiar. El ecologismo extremo, religión neopagana de nuestro tiempo, demoniza el progreso económico. Aquellos que no cumplen los nuevos preceptos son cancelados. Los jóvenes, esclavizados por las redes sociales, son manipulados. La alianza entre el capitalismo financiero y las grandes compañías tecnológicas propugna una globalización contra los trabajadores y la clase media. Ya no existen injusticias económicas. Sólo «un planeta que salvar» y un mosaico de identidades que exigen reparaciones.
Adolfo Posada, uno de los publicistas más destacado del siglo XX, redactó El Sufragio. Según las teorías filosóficas y las principales legislaciones en pleno debate sobre la crisis del parlamentarismo que se vivía durante la Restauración. La corrupción electoral, el caciquismo o el abstencionismo eran males endémicos que sólo podían superarse, según Posada, merced a una honda reestructuración del voto individual a cuyo través se ejercía la soberanía popular. En sus sistemáticas reflexiones –acompañadas de una mirada a los sistemas electorales comparados que él consideraba más dignos de imitación– el jurista asturiano profundizó sobre los distintos elementos del sufragio, sus clases, la administración electoral y sus garantías, proponiendo un auténtico sufragio universal, en el que, por supuesto, se incluyera a las mujeres. La obra supuso un esbozo teórico de una realidad que pondría en práctica la Segunda República una treintena de años más tarde, pero planteó también cuestiones que a día de hoy, más de un siglo después, todavía son objeto de debate.