Nadav Eyal, una de las voces más interesantes del panorama internacional, muestra hasta qué punto la globalización contemporánea es insostenible, y defiende que el origen del actual colapso del orden mundial proviene sobre todo del descontento hacia unas estructuras de poder que se han vuelto huecas y corruptas, o que simplemente no responden a las necesidades más urgentes de la población. Su análisis desafía de manera convincente y provocadora nuestras ideas asentadas sobre el auge de los nacionalismos y del populismo.
Revueltaes una mirada original a la creciente resistencia popular hacia la globalización y una advertencia de cómo esta resistencia puede contribuir a socavar el progreso y propiciar los movimientos identitarios. Para Eyal, el gran reto no solo está en encontrar nuevas maneras de reparar nuestro mundo globalizado, sino también en recuperar la motivación para lograrlo.
Con una maravillosa combinación de periodismo narrativo, historias personales, imágenes potentes y lúcidas reflexiones, y sin perder de vista las lecciones del pasado —desde las guerras del opio en China hasta el Haití colonial y el Plan Marshall—, Revueltamuestra una serie de sorprendentes conexiones que nos ayudan a entender las raíces profundas de nuestro malestar. Los levantamientos actuales no son un fenómeno pasajero: la revuelta es el nuevo statu quo.
Año 1793: Luis XVI ha sido ejecutado y Europa entera contiene el aliento. María Antonieta aguarda su turno mientras la Convención Nacional está más dividida que nunca: girondinos, jacobinos… la tensión y la violencia política se palpa en el ambiente, la guerra ha estallado fuera y dentro de Francia, y el epicentro de esa inmensa turbina histórica es la sobrepoblada ciudad de Paris, marco de la Revolución francesa, un acontecimiento que cambió la historia.
En este viaje aprenderemos a saber qué ha llevado a la situación actual, conoceremos todo el panorama de las diversas corrientes políticas, todos los estratos sociales, el papel de la mujer, los militares, la abogacía, el clero. Desde las Tullerías a las catacumbas, aprenderemos a quién temer y a quién debemos arrimarnos. Adquiriremos las virtudes del buen ciudadano, adoptaremos las técnicas del mejor orador, y sabremos en todo momento cómo evitar comportamientos calificados como antirrevolucionarios. Dominaremos, en suma, todos los resortes de una ciudad, con único objetivo: participar en los hechos sin que nuestra cabeza acabe en un cesto.
División de poderes, rigidez constitucional, control judicial de la constitucionalidad de las leyes... todos estos conceptos en los que se basan las democracias y a los que acudimos para verificar la salud de nuestro sistema político, proceden de la primera Constitución escrita, la que, a finales del siglo XVIII representó, en palabras de James Madison, "el mayor esfuerzo de deliberación nacional que ha acontecido en el mundo". En el presente libro, el profesor Blanco Valdés traza la génesis de estas ideas, con especial atención a los escritos de "El Federalista" -los artículos que Alexander Hamilton, James Madison y John Jay publicaron entre 1787 y 1788 en defensa de la obra constituyente y con el fin de favorecer su posterior ratificación por los Estados-, y muestra cómo cruzaron el océano para, de formas diversas, ser adoptados por los europeos cuando estos se enfrentaron al desafío que los norteamericanos ya habían abordado en el siglo XVIII: cómo garantizar la libertad.
'Cuando en el marco de la Ciencia del Derecho nos ocupemos de los fenómenos revolucionarios, será necesario, primeramente, una comprensión del objeto de la investigación y de nuestra formulación del problema. Por lo que se refiere al concepto de Revolución podemos acoger, desde luego, el uso dominante del lenguaje, según el cual puede determinarse aquélla como la modificación violenta de los fundamentos jurídicos de un Estado. Sin embargo, es preciso reflexionar, en este momento, acerca de la esencia y misión de la Ciencia del Derecho. Al conocimiento teórico del Derecho y a la teoría normativa de la aplicación del mismo, se agrega en estas páginas una tercera forma de consideración, también de naturaleza normativa, la cual, sin embargo, no se dirige, con sus principios del deber ser, al Juez o al súbdito, sino que plantea el problema del valor del Derecho, o de una determinada regulación jurídica y deriva de su solución los principios del deber ser, generalmente aplicados por el legislador. A esta forma de consideración solemos calificarla como Política del Derecho'. Heinrich Herrfahrdt
La biografía definitiva que desvela la extraordinaria historia de Vivian Maier (1926–2009), la niñera que vivió en secreto como fotógrafa y que ha alcanzado póstumamente un reconocimiento mundial.
Vivian Maier ha cautivado la imaginación del mundo con sus magistrales imágenes y su misteriosa vida. Su pasado estaba tan profundamente encubierto que ni siquiera las familias con las que vivía sabían mucho de ella, y su obra solo se descubrió póstumamente y por casualidad. Esto, sin embargo, no ha impedido que sea uno de los mayores descubrimientos fotográficos del siglo.
Ahora, gracias a una meticulosa investigación, Revelar a Vivian Maier nos descubre la historia de una mujer que, para compensar un pasado difícil que le impidió ser capaz de mostrar sus sentimientos y entablar relaciones, consiguió expresarse a través de la fotografía y crear una cartera secreta de imágenes repletas de emoción, autenticidad y humanidad.
Ann Marks desvela a la mujer profundamente inteligente, empática y talentosa que se escondía detrás de su fachada de frialdad.
Hace tiempo que perdimos la fe en la idea de que las personas podríamos alcanzar la felicidad humana en un estado futuro ideal. Pero, aunque hayamos perdido la fe en las utopías, lo que no ha muerto es la aspiración humana que ha hecho que ese tipo de imagen resulten tan cautivadoras. De hecho, dicha idea está resurgiendo de nuevo como una imagen centrada ya no en el futuro, sino en el pasado: un pasado abandonado y redivivo que podríamos llamar retrotopía.
Fiel al espíritu utópico, la retrotopía es el anhelo de rectificación de los defectos de la actual situación humana, aunque, en este caso, resucitando los malogrados y olvidados potenciales del pasado. Son los aspectos imaginados de ese pasado —reales o presuntos— los que sirven hoy de puntos de referencia a la hora de trazar la ruta hacia un mundo mejor.